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con sus varias funciones, podría incluir a más personas. De to e impersonal del mercado” (Rivera 12). No solo la preca-
este modo, aun con las implicaciones de género que conlle- riedad económica y la falta de estabilidad laboral explican
va la donación y su conexión con el concepto multifacético el número tan alto de donantes sino lo que ellas interpretan
de la maternidad, la donación de óvulos también se puede como el “valor social” de poder ayudar a otra mujer a ser
interpretar como el trabajo reproductivo maternal, lo cual madre (12). Rivas, Lores y Jociles lo explican de este modo:
indica un cambio en el concepto de la maternidad.
Se construye un imaginario en el que la donación aparece como
La situación en España un acto solidario entre mujeres, homogeneizadas por su “con-
España llama la atención por ser el país líder en Europa en dición natural” derivada del mandato biológico de la materni-
materia de donaciones. Según Lima, en dicho país “la do- dad, independientemente de las circunstancias económicas, po-
nación de óvulos representa el 35% de los tratamientos rea- líticas, sociales, culturales de cada una de ellas. De este modo se
oculta la estratificación social dentro del colectivo de mujeres,
lizados y aproximadamente el 40% de la facturación de los la desigualdad entre las productoras y las receptoras de ovocitos
centros de reproducción (SEF, 2015). Constituye más de la (637)
mitad de los tratamientos con ovodonación efectuados en
Europa y ocupa el primer lugar del ranking de países euro- Esta desigualdad no solo afecta a las mujeres españolas,
peos (ESHRE, 2016)” (607). Según Sara Lafuente Funes, el sino también a las de muchos otros países. Como España es
40% de los bebés nacidos en España en 2017 gracias al mé- un destino para el turismo reproductivo, estas jóvenes pro-
todo de fecundación in vitro (FIV) fue el resultado de ovo- veen el material genético para los hijos de mujeres en varias
citos donados, un 3,5% del total de los nacidos en ese año partes del mundo. Aquellas que disponen de mayores recur-
(88). Estos números no marcan necesariamente una gene- sos económicos y tienen mayor edad, que provienen de los
rosidad por parte de la mujer española, sino una situación países del norte de Europa donde la donación está prohibi-
económica precaria. No obstante, Lafuente Funes afirma da, viajan a España para comprar óvulos donados por mu-
que no podemos saber a ciencia cierta por qué hay tantas jeres españolas. Este turismo reproductivo entre el norte y
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jóvenes que donan sus óvulos, “pero está claro que la mezcla el sur de Europa revela que “el trabajo biomédico, clínico
de precariedad y mandatos de género allana el camino a que y reproductivo actual es inseparable de cuestiones de raza,
una forma tan profundamente feminizada de obtener ingre- imperialismo e intercambio desigual, incluidas las relacio-
sos haya logrado expandirse tanto” (117). Sin embargo, en
entrevistas con mujeres que donaron, se ve que, “[s]i bien
la compensación económica percibida es una motivación 4 Para más información sobre la cuestión de colonialismo y la infertili-
dad, véase K. Animashaun Ducre, “Race(ing) to the Baby Market: The
para donar, el dinero recibido no es igual al dinero abstrac- Political Economy of Overcoming Infertility.”
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023