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rio, también produce gran ansiedad y estrés. La maternidad to y estrés; cuarto, el entreguismo al sistema de expertos;
es tan exigente que Adrienne Rich la definió como “la car- quinto, la carencia de espacios sociales cualificados; sexto,
ga social más pesada” porque requiere aceptar responsabili- la escisión pervertida de prioridades vitales; y séptimo, la
dades “sin poder” social (122). Esto es debido a que mucho reproducción de relaciones filiales patológicas (28-31). En
del conocimiento heredado sobre la maternidad contempo- la novela, haciéndose eco de transformaciones similares, la
ránea ha sido elaborado y transmitido por los hombres. Los escritora madre reflexiona sobre los motivos que la llevaron
padres, los doctores, los especialistas, los maestros, los es- a tener a su hijo y las contradicciones que experimenta. En
posos saben más que la madre, lo que la hace dudar de sus múltiples escenas esta mujer cuestiona, a partir de su ma-
propias vivencias. En este sentido, analizando el contexto ternidad, otras facetas de su ser como su sexualidad (igual
español, la socióloga Isabel Aler Gay afirma que esta situa- que su amiga Léa), o su vida profesional como escritora. En
ción es el resultado directo de la “normalización del inter- contraste, la narración apunta a que la “mala” madre pudo
vencionismo tecnocrático en los procesos sociales de aten- haber vivido dramas similares, pero la carencia de “reflexivi-
ción al embarazo, parto, nacimiento, crianza y socialización dad” implícita (la lectora no tiene acceso a sus pensamien-
temprana de las criaturas” (20). Crítica con la transforma- tos), o explícita (su mudez en el juicio refuerza esa impre-
ción de la maternidad en la sociedad española entre 1975 y sión), puede ser consecuencia de una “práctica derivada de
2005, considera que las condiciones han empeorado por un la presión normativa”, de ser madre, de una maternidad no
aumento de la supresión u omisión social de los procesos de explorada subjetivamente (Verea 18).
transformación personal de las mujeres en madres, y por lo La incomprensión de la maternidad por la propia mujer
que ella denomina “matricidio” o la renuncia de las propias es, según Cristina Palomar Verea, el resultado de la “legiti-
madres a serlo por las siguientes siete razones: primero, el mación y la naturalización de un sistema de género sexista
miedo a transformarse en madres; segundo, la desconfian- e inequitativo con efectos sociales profundamente negati-
za en la sabiduría corporal; tercero, la soledad, el aislamien- vos”, al que han contribuido “los saberes” de la “obstetricia
y la ginecología, pasando por muchas posturas dentro de
la pedagogía y las ciencias”, además del derecho y la aplica-
ro Serrano, tomando la terminología de Lacan, la mirada dominante en ción de leyes, con frecuencia dominados por voces masculi-
la pintura es la “erección del ojo” que, usada por el hombre como suje- nas (17). La escritora del relato se rebela abiertamente con-
to activo, convierte a la mujer en su objeto. En ese proceso inventa a la
mujer y construye “por lo tanto, una feminidad que es la imagen de sus tra este desempoderamiento cuando se lamenta de que “las
deseos y también de sus temores”. Las representaciones pictóricas reli- mujeres nunca seremos dueñas de pleno derecho de nuestro
giosas, especialmente en países de tradición católica como España, han embarazo y parto hasta que no reconstruyamos el diccio-
sostenido este tipo de desigualdad de modo perdurable (véase Molina
Petit sobre la visión de la maternidad a través de la virgen María). nario” que equipara el parto a “la enfermedad terminal y a
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023