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prácticas alternativas. Este mejor flujo entre mundos casi   municación (el periodismo) al terreno feminista por la vía

 siempre desconectados entre sí (el de las aulas y el de la ca-  informativa/educativa, se lee cómo los intereses particula-

 lle) sirve igualmente para que los colectivos también cobren   res de las activistas del colectivo dan pie a un trabajo pleno


 conciencia de cómo las respuestas surgidas desde problemas   y satisfactorio para ellas. Al mismo tiempo, su trabajo inci-

 reales concretos (vivienda, trabajo, discriminación) se mul-  de positivamente a nivel social cuando imparten talleres de

 tiplican y se retroalimentan. Así, esta investigadora ha ela-  formación para niños, adolescentes o adultos sobre la pre-

 borado una red de interconexiones, una especie de ecosis-  vención de la violencia de género, el amor y la sexualidad, o

 tema social alternativo. Es una red que magnifica la labor   el ecofeminismo. Estos talleres se imparten presencialmente


 que estos colectivos suelen llevar a cabo de manera aislada y   u online en escuelas, institutos o a grupos de mujeres. Tra-

 que facilita el conocimiento entre sí de grupos afines, con-  bajan “en condiciones de calidad y de dignidad” (24), op-

 siguiendo ampliar el eco de sus prácticas al cruzar objeti-  tando por su presencia en red no tanto para crecer expo-

 vos, experiencias, aprendizajes y hasta sueños y deseos. En   nencialmente, como para “abrir nuevas conexiones” (24).


 otras palabras, estamos ante un archivo vivo de las llamadas   Igualmente, la entrevista del grupo bilbaíno Colaborabora,

 “prácticas del no,” una caja de herramientas para actores so-  dedicado a la economía alternativa solidaria, ofrece ejem-

 ciales y para toda persona que busque alternativas vitales de   plos de cómo ofrecer “capacidad simbólica” (112), otras for-

 espíritu cooperativo, horizontal y transformador. Dicho ar-  mas de imaginar el mundo, a gentes que quieren repensar el


 chivo nos invita a redefinir nuestros maltratados conceptos   tiempo productivo (el trabajo). Colaborabora se centra en

 del trabajo, del saber, de la comunicación, del valor, y tam-  desarrollar un concepto de trabajo anticapitalista bajo el pa-

 bién de la felicidad y de la calidad de vida. En nuestra opi-  radigma de que cada una de nosotras posee una riqueza de

 nión, este es uno de los mayores logros de la autora. Nadie   “capitales vitales” (113) “conocimientos, experiencias, re-


 puede quedarse impasible tras la lectura de este libro.   cursos, infraestructuras, tiempo […] que no son traducibles

 La agrupación de experiencias en todos los ámbitos trata-  a dinero” (113-14). Además, juegan con las “formas” en to-

 dos aquí (economías sociales, reproductivas, medioambien-  dos los sentidos, incluso el jurídico, para pensarse como una

 tales, vivienda, migración, política, cuidados, arte, trabajo,   cooperativa de economía social y solidaria. Las activistas de


 educación, mundo mediático y de la información, derechos   Colaborabora forman parte del laboratorio social WikiTo-

 civiles, etc.) conjuga la reflexión sobre la valía y el impacto   ki (wikitoki.org), centrado en las necesidades de los barrios

 del trabajo autogestionado por el colectivo en cuestión con   donde tienen presencia, siendo una de sus preocupaciones

 la explicación in situ del ensayo cotidiano de este trabajo   centrales la liberación del tiempo, ese bien tan escaso den-


 en la práctica. Por ejemplo, en la conversación con Pandora   tro de los modelos productivos y reproductivos imperantes.

 Mirabilia, un colectivo madrileño que trata de llevar la co-  Aprendiendo de quienes no están directamente implicados






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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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