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las drogas y subversión política. Ahora estamos cómodos
por las condiciones mejores que pelearon nuestros aitas”
(Grupo focal con jóvenes de Karmela).
Ahora bien, el cambio de modelo de ciudad, como men-
cionan los miembros de DDT Banaketak, tuvo fuertes im-
plicaciones para la producción de capital subcultural no
hegemónico que se realizaba a partir de los espacios autoges-
tionados. El cambio del Casco Viejo de Bilbao, en los años
2010-2012, afectó uno de los espacios más importantes de
lucha y de consolidación de procesos autogestionados; las
mismas calles. Con las nuevas regulaciones del ayuntamien-
to que limitaban la libertad para estar en las calles debido
también a la regulación de los horarios de los bares, suma-
do a las nuevas formas de consumo cultural, el espacio de
encuentro se ha fue trasladando de lo público a lo privado:
Antes los jóvenes se la pasaban en las calles, debido por un lado
a la ausencia de videojuegos, y por otro, a la libertad que había
para estar en estas. Por ese cambio [el de las regulaciones del
ayuntamiento] las calles del Casco Viejo de Bilbao se vaciaron,
la ciudad gris e industrial se convirtió en un lugar para los turis-
tas (entrevista a integrantes de DDT Banaketak).
Este hecho supone una ruptura generacional muy fuerte
en cuanto a los medios de producción cultural, pues para la
generación más vieja las calles eran un espacio para la cons-
trucción de lazos de solidaridad y de protesta. En la actua-
lidad ya no hay pintadas, ni “pies negros”. La gentrificación
del Casco Viejo ha convertido la calle, de un espacio de pro-
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ducción de capital subcultural, a un espacio de producción
de capital cultural industrializado bajo un “toque de queda”
impuesto por el turismo.
Otra ruptura generacional consistió en el declive de la es-
cena punk en estos espacios autogestionados. Aunque las
causas pueden ser diversas, incluyendo el hecho de que la
distensión moderna de la lucha de clases y la percepción de
comodidad subsecuente hiciera que las nuevas generaciones
no lograran anclarse con este movimiento, lo cierto es que
logró distanciar a las generaciones más viejas y a algunos in-
tegrantes de las generaciones intermedias de los gaztetxes:
Totalmente, la cumbia y el reguetón. … hasta la txosna Kaxka-
gorri, antes ibas a Kaxkagorri y conseguías punk, y ahora…
¿cumbia, reguetón? Ya no son mis fiestas … dicen que la músi-
ca te lleva a otros lugares, a mí me lleva a la casa (Entrevista en
Orbeko Etxea)
Ambas rupturas generacionales, sumado a la dificultad
que viven las generaciones más jóvenes a la hora de ocupar
espacios públicos como las calles, devino en un cambio de
estrategia: de okupar espacios a mantener los espacios que
ya se encontraban okupados. Por este motivo, no resulta raro
que los integrantes de las generaciones más jóvenes tengan
como símbolo de resistencia la defensa de Kukutza, mien-
tras que las generaciones más viejas referencian la fundación
del primer gaztetxe en Bilbao.
Este cambio de estrategia implicó, a su vez, la transfor-
mación de las formas de resistencia que empleaba cada ge-
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Número 4 , 2019-2020