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creencia de que las personas ya no se movilizan como en los   Las calles como medio de producción de capital sub-cul-

 años ochenta, incluso en la escena musical. Aunque se vea   tural se convirtieron en el lugar de pintadas, encuentros so-

 que hay más conciertos y bandas, la percepción generaliza-  ciales y, en el caso de los “pies negros”, como un hábitat.


 da es que también hay menos gente.  Ahora bien, no podemos olvidar que estos procesos de oku-

 Curiosamente, algunas personas que pertenecen a la ge-  pación y resignificación de los espacios públicos se vieron

 neración más joven comparten, a modo de autocrítica, esta   fuertemente influenciados por la escena punk de la época.

 consideración sobre las formas actuales de asociarse y de re-  El punk, que también se encontraba muy vinculado a la in-

 lacionarse con las luchas sociales:   dependencia del País Vasco, se sitúa como una respuesta ju-


         venil al contexto socio-histórico de la época: «el punk nace

         de una respuesta directa a un modelo social y también con
 Es verdad que ya los jóvenes no son tan radicales, las condicio-

 nes de vida han sido diferentes, eso te empujaba a querer mo-  la transición del franquismo … la música acompaña a la lu-

 verte más y protestar, ahora estamos acomodados y vivimos de   cha” (entrevista a integrantes del gaztetxe Romo).
 puta madre. Las protestas muchas las apoyan, pero van veinte   En efecto, el punk, ya sea en las calles, los ateneos o los

 personas (Entrevista a integrantes de la banda Sutan).   gaztetxes permitía a un movimiento juvenil la generación de


         un capital subcultural por medio de la constitución de una


 Esta visión más “radical” o combativa se debe primor-  cultura alternativa y unos modos de producción autoges-

 dialmente a un contexto mucho más adverso, donde esta   tionados; espíritu que fue impreso en los propios gaztetxes


 generación como precursora de los gaztetxes tuvo que hacer   como lugares donde se redefinía la propia concepción del

 frente a la marginación social de una sociedad sumamente   espacio. No obstante, fue con el cambio del modelo de ciu-

 reaccionaria y a construir el nuevo capital subcultural. Con-  dad y con el desarrollo del capitalismo museístico dirigido

 secuentemente, la forma de romper la exclusión que vivían   hacia el turismo, que se rompió la percepción de la ciudad


 en cuanto a los medios de producción fue apropiándoselos:  como un espacio antagónico entre clases (esto es evidente
         en comparación al modelo de ciudad industrial consolida-

         do a lo largo del siglo XX en Bilbao). Varias de las personas

 Antes el ambiente subversivo era más combativo, la gente más   que entrevistamos —tanto de generaciones mayores, inter-
 concienciada, una época más dura, en las letras y la música, en

 las calles (nuestro énfasis). Hoy la gente está más domesticada,   medias o jóvenes— consideran que es precisamente este de-

 se ha pasado por el aro, estamos formales, muy trompetera, mú-  sarrollo el que ha generado una sensación de comodidad que
 sica de fiesta, todo feliz (grupo focal con jóvenes de Karmela).  deviene en la alienación de los procesos sociales, así como


         de los espacios que eran ocupados por las personas jóvenes:

         “las calles eran de la peña, de la rabia y la rebelión política,






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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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