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La segunda parte se abre con dos contribuciones intere-  na problemas ecológicos. En mi opinión, el empleo de un

 santes. El texto de Laura Mariottini investiga las metáforas   marco ecocrítico habría enriquecido este ensayo considera-

 usadas en El País para referirse a la deuda soberana española   blemente. El último texto del volumen emplea una apro-

 y la crisis durante algunos meses del 2012. Víctor Sevillano   ximación bastante superficial e inocua a la perspectiva de

 Canicio, por su parte, explora las representaciones de la cri-  género. Este ensayo en particular, así como el volumen en

 sis en Comando actualidad para concluir que dicho progra-  general, se hubiese beneficiado inmensamente de movilizar

 ma tiende a despolitizar y descontextualizar la crisis. Otra   conceptos de la economía feminista y el ecofeminismo. Las


 contribución relevante es la de Ralf Junkerjürgen, en la que   aportaciones a este respecto de Amaia Pérez Orózco, Yayo

 se elabora una lectura fructífera de El Futuro de Luis López   Herrero o Alicia Puleo hubiesen iluminado algunos puntos

 Carrasco y se concluye que “la película abre una discusión   muertos fundamentales.

 sobre el papel de los años ochenta en la crisis” (152). El en-  En Postgrowth Imaginaries. New Ecologies and Counterhe-

 sayo de Hubert Pöppel se plantea una pregunta estimulan-  gemonic Culture in Post-2008 Spain (Liverpool University

 te para indagar en la “relación entre la cuestión catalana y   Press, 2018) argumento que la crisis del 2008 no es con-

 la crisis española”: “¿Se agudiza la crisis porque existen los   secuencia de la falta de crecimiento económico, sino de la


 movimientos independentistas? O, al contrario, ¿aumenta   globalización de un sistema de reproducción social adicto a

 la tendencia a separarse porque existe la crisis generalizada?”   un crecimiento constante que destruye los sistemas ecológi-

 (156).  cos de los que depende la vida al tiempo que genera y/o exa-

 Ya en la tercera parte, el ensayo de Jochen Mecke enumera   cerba todo tipo de problemas sociales. Analizar la crisis den-

 algunos patrones que se repiten en varias novelas de la crisis,   tro de los límites establecidos por el imaginario dominante

 como “la reducción y fragmentación del argumento, la con-  y sin cuestionar su paradigma orientado al crecimiento es

 centración en detalles ínfimos de la vida cotidiana, la pre-  la trampa de la que los estudios culturales deberían intentar

 ferencia por personajes débiles y decadentes, la subversión   escapar para poder proponer una crítica cultural transfor-

 de los antagonismos en la constelación de los personajes, la   madora y capaz de renovar la imaginación política. Por ello,


 insistencia en la perspectiva subjetiva, la polifonía de voces,   propongo estudiar la crisis atendiendo a su contexto ecoló-

 la velocidad reducida y la impasibilidad de la narración”   gico y global e incorporar perspectivas ecofeministas, deco-

 (216). El ensayo de Frauke Bode, uno de los más potentes,   loniales, decrecentistas y posthumanistas.

 explica cómo la polifonía irónica de Democracia (Pablo Gu-

 tiérrez) y la nostalgia distópica de En la orilla (Rafael Chir-

 bes) “establecen discursos alternativos…que cuestionan…  Luis I. Prádanos

 la validez de lo que se cuenta sobre la crisis” (244). El texto   Miami University


 de Mirjam Leuzinger destaca por ser el único que mencio-






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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