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mite de la marca autor, el límite de la obra-mercancía cuya   más permanente. De los cinco procesos, tres se convirtieron

 única incuestionabilidad deriva de la ganancia privada. Ac-  en películas y uno en una web serie (“Mátame si puedes” )
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 tuemos como si hacer cine lo único que debiera producir es   que mantuvimos activa cuatro años. La “sinautoría” además

 riqueza social.   puede atravesarte y te la llevas donde quieras. En Toulouse,

 Cine sin Autor, nos constituimos como colectivo en el   “Cinema sans Auteur” pasó cinco años produciendo.
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 Patio Maravillas. Allí la asamblea de ese centro social ocu-  Han pasado seis años del 15M, estamos en un momento

 pado de Madrid intervino y guionizó varios documentos   en que la wikipedia presenta al 15M como un movimien-


 fílmicos para lograr producir su propia representación. La   to social. Algunos partidos electorales se declaran sus here-

 amenaza de desalojo truncó el proceso. Y curiosamente fue,   deros, incluso el Banco Santander lo recuperó con su ha-

 en el largo encuentro de casi dos años, con unos adolescen-  bitual impudicia. Nos estamos contando historias y no es

 tes de la periferia de Madrid, donde comprobamos la po-  que sea malo, simplemente no debemos confundirlas con

 tencia de lo que entonces considerábamos una metodología   la realidad. Estamos armando representaciones que grupos

 y que ahora nos atrevemos a enunciar como modelo repli-  de gentes sostendrán provisionalmente. Ahora bien, yo creo

 cable de producción cultural. A nuestra primera película la   que la sociedad, que es lo que me interesa, es irrepresenta-


 llamamos ¿De qué? Y la produjimos “como si” se pudiera   ble. Por eso sería bueno dejar de significar el arte y la cul-

 hacer una película, que no sabes de qué va pero que permite   tura como el patrimonio de autores y sus obras, a las que

 a la colectividad que la realiza alumbrar la pregunta de ¿qué   delegamos nuestra representación. Desde Cine sin Autor,

 es una vida interesante?   abogamos, pues, por poder imaginar y hacer la cultura des-

 Desde entonces han pasado ocho años en que no hemos   de enclaves de producción cultural que tenemos el derecho

 parado de producir. Ahora a casi diez años de atrevernos a   y el deber de ocupar socialmente, organizándonos para ello

 enunciarlo, con más de quince colectividades suscitadas, pe-  en colectividades.

 lículas concluidas cinco, y documentos fílmicos más de un   La mejor manera de desposeer a un pueblo es hacerle la

 centenar, ya no dudamos. Un hito fundamental fue la pues-  cultura. Imponerle un arte que le deja impotente. Contarle


 ta en marcha de la fábrica de Cine sin Autor en Intermediae   cuentos para dormitarlo. Restada la potencia de la gente de

 Matadero Madrid.  Al poco de instalada se detonaron cinco   actuar sobre el mundo, usurparte casa, amor y vida es una
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 procesos fílmicos que sumaron a más de un centenar de per-  carrerilla. Lo hemos comprobado. Es por eso que necesita-

 sonas y podrían haber sido muchísimas más si hubiéramos   mos revisar el contrato que ha permitido un arte inútil, que

 manejado presupuesto y podido ocupar un espacio mayor y   no es siquiera un contrato social, sino un contrato entre éli-






         7  <http://www.matamesipuedes.com>.
 6  La mejor expresión de la fábrica fueron los videoblogs que relataron
 varios meses de su existencia. <https://vimeo.com/channels/478494>.   8  <http://www.cinesinautor.es/#!cinema-sans-auteur-toulouse/cr9b>.





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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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