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muy al contrario, menos por más: se hacen más produccio-

         nes que nunca, pero todos estamos constantemente “ha-

         ciendo milagros”: desde sacar un fanzine fotocopiado hasta

         desarrollar un festival de arte público que dura varios me-

         ses, todo parece un milagro. Pero los milagros no existen.

         Son explotaciones infinitas de cada vez más personas, du-

         rante más tiempo.


             La precariedad puede hacer bajar aún más la línea de lo

         “barato”, mientras que lo caro no deja de subir su precio.

         La desigualdad, por tanto, se ensancha en los dos sentidos.

             En Basurama hemos tratado de aprender de la informali-

         dad. Hemos intentado aplicarla a nuestras necesidades y las
 Crédito imágene: antipodes café, 2013. CC BY-NC-SA/KGB.
         de otros con los que hemos trabajado, de modo que todos


 el que hemos aprendido. Pero sólo podemos trabajar desde   podamos disfrutar de esa sabiduría colectiva.. Pensábamos,

 la precariedad como una manera de cooperar para producir   héroes a nuestra manera en los tiempos de los arquitectos

 abundancia. No debemos celebrarlo como un éxito, o ple-  estrella, que podríamos cambiarlo TODO proponiendo es-

 garnos a ella como única solución, porque ello nos llevaría a   tándares precarios, manuales, humanos o informales; que po-

 la auto-explotación, que tal vez sea peor que la explotación   drían ser lujos colectivos. Sin embargo, nosotros somos cada

 del patrón. Desde el paradigma de la precariedad, queremos   vez más precarios y los ricos son cada vez más ricos. ¿Cómo


 proponer soluciones innovadoras, de menor coste, propo-  podemos construir —o recuperar— entre todos los lujos

 ner nuevos estándares. Esas soluciones sólo tienen interés   colectivos a los que todos debemos poder tener acceso en

 si pueden ser felices, ofrecer mejoras para todos, lograr de-  estos tiempos de abundancia y riqueza? ¿Cuidarlos podría

 rrotar el despilfarro y la corrupción que lleva aparejada los   ser una manera interesante de construir vidas que merezcan

 sobrecostes, sobre todo si logran superar las enormes des-  la pena ser vividas?

 igualdades que propone el diseño como lujo, la arquitectu-  [Participación podría significar mantenimiento y cui-

 ra como valor añadido para una zona segregada.  dado]


 En Basurama hemos intentado estirar los presupuestos,

 derivar altos porcentajes a pagar personas en lugar de gas-  Trabajar en el campo:

 tarlos en materiales, aviones, alquileres, volantes y cócteles.

 Esa situación, sin embargo, más de diez años después, se ha   Desde Basurama proponemos trabajar en los campos con

 institucionalizado en una forma de la producción que da,   los que queremos cooperar. En ese sentido, cuando habla-






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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