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ser transferido a la ciudadanía durante 30 años de luchas

         vecinales. Es más, aunque no estén a tu lado, o no estén

         pensando como tú, sabes que muchos otros están en sus lu-

         gares, pensando sus casos específicos, pensando y trabajan-

         do contigo.

             Esa abundancia política es la misma de la que disfruta

         Chile cuando los estudiantes de secundaria toman sus li-


         ceos. ¿Quién podía pensar que había miles de cabros chicos

         dispuestos a encerrarse durante meses con sus compañeros

         para cambiar la más que imperfecta democracia chilena?                                                 4

         Estos movimientos pueden existir en todo lugar, en todo

         momento, siempre que nutramos la abundancia mediante


 Crédito imágene: antipodes café, 2013. CC BY-NC-SA/KGB.  la cooperación.
             ¿Cómo hacer que esa abundancia no sea una colección de

 vez que ésta rubrica el fin de la última máquina recalenta-  anécdotas, sino un archipiélago de fenómenos que se multi-

 da de crecimiento económico que funcionaba en el mundo   plican desde su práctica específica? [Participar podría sig-

 occidental. La escasez no es más que una estrategia creada   nificar nutrir la abundancia]

 como excusa y mecanismo de extracción de nuestra riqueza

 común, que por su parte ha venido multiplicándose en los   Cooperación

 últimos tiempos.


 La crisis actual es también una crisis de representación   “Colaborativo” podría ser un sinónimo más de moda, que

 (¡que no, que no, que no nos representan!). Es una crisis   también nos gusta mucho, pero en este caso no estamos

 que surge como conflicto entre la escasez y la lógica de la   pensando en un sistema económico concreto. Hablamos

 abundancia, que se amplía con la emergencia e imposición   de “cooperación” entendida como la actividad contraria a

 de la cooperación como contraposición a la competencia.    “competición”.

 En España, desde la irrupción del movimiento 15M, ese   Al contrario que otros sistemas de poder, la arquitectura

 terremoto que está destruyendo el régimen político y so-  está organizada en concursos “públicos”, “legales”, “iguali-


 cial español fundado a la muerte de Franco, en 1978, uno   tarios”, más o menos “transparentes”. Dichos concursos po-

 puede dar un grito por redes sociales y, literalmente, estar   nen a los estudios a competir entre ellos, a luchar para ga-

 acompañado por cientos de personas para abrir la puerta de

 un edificio de viviendas terminado pero sin habitantes, o   4  Ver película de Cecilia Barriga Tres instantes, un grito. Estrenada en

 para lograr la cesión de un espacio industrial que no pudo   2014.




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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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