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parecerá o podrá volver a reproducirse, la respuesta del doc-                                                           tamente, en el pasillo, configurando un doble encuadre. De

         tor, escuchada desde fuera de campo, se extiende más allá                                                               esta manera, Rosales forja un grado de atención suprema de

         de la sala e incluso del espacio diegético del film: “Desapa-                                                           parte del espectador con el empleo de una serie de técnicas

         recer del todo, no puedo garantizar que desaparezca. Pero                                                               poco convencionales: la polivisión, el uso de un volumen

         es lo mismo para cualquier persona. Tú o yo mismo podría-                                                               extremadamente bajo en las voces de los personajes y el do-

         mos desarrollar un cáncer mañana”. Así que el peso de las                                                               ble encuadre.

         emociones que desata esta situación/secuencia no queda re-                                                                  Durante el resto de la secuencia, ya distanciado del ilu-


         ducido únicamente al espacio personal y familiar de quien                                                               sionismo de la ficción y reactivado en su rol de observa-

         lo sufre, sino que se extiende, incesantemente, por entre el                                                            dor crítico, el espectador puede llevar a cabo un escrutinio

         tejido social de la comunidad de la que forma parte.                                                                    de las culpas que ambos personajes se están confesando el

             Por otra parte, a modo de ilustración de una secuencia que                                                          uno al otro, como parte de la diégesis del film. De modo

         favorece el rol del espectador como espectador que observa                                                              que mientras los personajes se encuentran aún en un esta-

         con espíritu crítico la realidad de los personajes, este ensayo                                                         do postraumático, buscando alivio mientras se confiesan el

         usa la secuencia de la conversación entre Adela y Pedro en                                                              uno al otro sus faltas, los espectadores se interrogan sobre


         su primer encuentro después del atentado terrorista que ha                                                              las razones profundas por las cuales estos dos compatriotas

         matado a su hijo de apenas 13 meses de vida, llamado Mi-                                                                han llegado a esta situación de crisis.

         guelito.  Durante los primeros 90 segundos, las dos partes                                                                  Esta secuencia ilustra asimismo aquellas situaciones en
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         de la pantalla son planos largos filmados desde el pasillo con                                                          el film en las cuales se proyectan múltiples narrativas so-

         profundidad de campo. Al inicio Pedro ocupa la partición                                                                bre el espacio profílmico. Desde el punto de vista diegético,

         del plano de la izquierda y Adela la de la derecha. En ambos                                                            los personajes de Adela y Pedro se han reunido para hablar

         casos, sus figuras se sitúan al fondo, porque el primer pla-                                                            del evento trágico de la muerte de su hijo por primera vez.

         no está ocupado por sillas, puertas y paredes. Está distan-                                                             Ambos se confiesan que comparten un fuerte sentimiento

         cia de la posición de la cámara en el espacio respecto a los                                                            de culpa (el de Pedro, “por no estar”; el de Adela, “por ha-


         personajes queda evidenciada mediante el bajo volumen de                                                                berse ido”) acerca de las decisiones que tomaron en el pasa-

         sus voces, por lo que el espectador debe concentrar toda su                                                             do. Gracias a este ejercicio de negociación de aquel pasado

         atención para poder escuchar los primeros intercambios de                                                               de manera conjunta, traspasando las barreras de su indivi-

         la conversación de estos dos personajes. Asimismo, en am-                                                               dualidad, ambos personajes pueden iniciar la labor de re-

         bas subdivisiones del plano, la cámara queda situada fuera                                                              construcción de su presente. Pero además, desde el punto

         de las habitaciones donde se ubican los personajes, concre-                                                             de vista de la recepción, los espectadores pueden conectar

                                                                                                                                 emocionalmente con los sentimientos de culpa, vergüenza


                                                                                                                                 y dolor que las palabras y los rostros (ahora filmados en pri-
         10  De 1h 19’56” a 1h 24’40’’.





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                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                           Número  3 , 2016-2017
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