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mer plano) de Pedro y Adela comunican durante esta parte                                                                delegando sus responsabilidades de manera exclusiva en los

         central de la secuencia.                                                                                                representantes de la clase política. En la última sección del

             Tal y como se argumenta desde las teorizaciones sobre                                                               film, durante una cena con Carlos, su compañero de piso, el

         el estudios del afecto, las emociones fluyen en el ser hu-                                                              personaje de Adela —a quien por primera vez tras la muerte

         mano en todo momento, aunque a diferentes niveles y rit-                                                                de su hijo observamos comer con cierto apetito— profiere

         mos de intensidad.  Dentro del continuum de emociones                                                                   en un tono de voz elevado su malestar hacia la clase política:
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         (emoción-sensación-sentimiento), el sentimiento, según la                                                               “¡claro, si no, no los vota ni Dios!”.  La relevancia de esta
                                                                                                                                                                                                 12

         argumentación de Brennan, supone el reconocimiento pre-                                                                 sentencia, viniendo de boca de uno de los personajes cen-

         vio de las dos anteriores (emoción-sensación) y su inserción                                                            trales del film, y articulada como un grito —si lo compara-

         dentro de los parámetros del pensamiento y del lenguaje.                                                                mos con el extendido tono de voz baja en que dialogan los

         Extrapolando esta teorización del afecto a esta secuencia, se                                                           personajes— debe ser destacada, más aún si consideramos

         puede argumentar que el espectador que ha mantenido has-                                                                que esta última sección del film es titulada como “El ruido

         ta este momento una observancia crítica, así como una ca-                                                               de fondo”. Se puede interpretar como un señalamiento de la

         pacidad relacional con el flujo emocional y sentimental de                                                              necesidad de que cada espectador-ciudadano tome una ma-


         la secuencia, es invitado a incorporar una ulterior manera                                                              yor participación en las riendas de su situación. Holloway,

         de intervención en la misma. En efecto, este espectador es                                                              en su volumen acerca de las maneras de desarticular los es-

         movilizado en cuanto a su capacidad creativa al ser interpe-                                                            tados capitalistas e imaginar nuevas maneras de organiza-

         lado por la confesión e interrogante del personaje de Adela                                                             ción, establece el grito como el punto de partida hacia la

         (“¿me culpas?”, dirigido en la diégesis a Pedro), que mira en                                                           transformación en cuanto a que capta no sólo el rechazo y

         primer plano directamente al ojo de la cámara. Así las co-                                                              la indignación por las sociedades en crisis de las que forma-

         sas, súbitamente, los espectadores, al unísono con Pedro y                                                              mos parte sino que constituye asimismo la esperanza en la

         Adela, están llamados a recorrer un camino similar, hacia la                                                            capacidad generadora de cada individuo para transformar-

         reconfiguración de su pasado como paso indispensable para                                                               las.


         proyectar un nuevo comienzo.                                                                                                De manera que la exploración del lenguaje cinematográ-

             La cinta de Rosales propone que este nuevo camino ha                                                                fico desarrollada por Rosales en su film se constituye en par-

         de ser uno que ha de construirse desde la potencialidad in-                                                             te integrante de este proceso individual y colectivo en aras

         dividual de cada ciudadano. Para imaginar nuevas solucio-                                                               de una transformación de una sociedad en crisis como la es-

         nes a problemáticas enquistadas en el tiempo, tanto perso-                                                              pañola en 2007. En este sentido, el realizador catalán pone

         nales como colectivas, estos ciudadanos no pueden seguir                                                                en evidencia el carácter artificial de su creación a través de






         11  Véase Massumi, Parables for the Virtual.                                                                            12  1h’ 27’29’’.





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