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do. Para seguir construyendo, o pensando nuestro momen-
to histórico (que pronto será pasado), es necesario saber de
dónde venimos. Como decía un verso de Van Gogh que
aparecía en la película: “Mientras haya vivientes, los muer-
tos vivirán, los muertos vivirán…”.
No me gusta cuando alguien, y menos un creador, pero
tampoco ningún ciudadano, dice que no es político, por-
que la polis, la ciudad/sociedad, está construida por todos
lo movimientos, decisiones o acciones que llevamos a cabo.
Y es fundamental posicionarse y tomar conciencia de ello,
ya que somos una parte más y fundamental de la misma.
Ante la pregunta de si el cine, ya sea cortometraje o lar-
gometraje, está capacitado para generar una intervención
crítica frente a la realidad que estamos viviendo, tengo que
contestar con muchos matices. Creo que sí es posible siem-
pre que delante haya un espectador/ciudadano despierto,
crítico y activo, pero para que esto exista es fundamental
desarrollar una educación sobre el mundo de las imágenes.
Siento que estamos viviendo un momento irónico y con-
flictivo en el que a pesar de estar inmersos de lleno en la era
de la imagen, con miles de impactos visuales cada día, la
sociedad, por lo general, es cada vez más desconocedora de
esta realidad; la sociedad está sorprendentemente cauteriza-
da ante lo que se presenta ante ella, más allá de la publici-
dad y los códigos reconocibles. Estoy de acuerdo, por triste
que resulte y me pelee con ello, con algo que decía Pasoli-
ni: cuando el consumismo se introdujo en nuestras socieda-
des como un sistema ideológico, la posibilidad de retornar Por eso creo en un cine que, cuando estemos visionándo-
a ciertas actitudes sociales de conciencia y de comunidad se lo, nos cuestione, incluso nos incomode y penetre dentro
hizo prácticamente imposible. de nuestros sentidos; un cine que nos haga revolvernos en
el asiento para volver a sentir y confrontarnos como ante un
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015
