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privado de la masificación turística (Generalitat, Sánchez). 3 tomar las plazas” y “hacer plaza”. Se trata de un activismo
Aunque puedan parecer de escasa influencia, los discursos autogestionado, creativo y muy crítico con la gestión neo-
y acciones alternativas que “reclaman la ciudad” se van ex- liberal de la ciudad —un fenómeno no visto en las últi-
tendiendo, a la vez que cuestionan y envían un claro de- mas tres décadas—. Mientras escribo estas líneas, en julio
safío a las políticas neoliberales del espacio. Lugares como de 2014, la crítica de determinados problemas relacionados
las asociaciones de vecinos, los centros sociales, los espacios con el espacio urbano (la privatización del espacio público,
públicos, algunas facultades académicas y las redes socia- la violencia policial en las protestas y desalojos, la vigilancia,
les, les sirven a los habitantes para reorganizarse y reactivar la gentrificación, la deshistorización y, finalmente, los pla-
sus conexiones, procurando hacer sus recursos, sus espacios nes municipales para expandir la masificación turística) ya
y sus actividades lo más accesibles, gratuitos y abiertos po- forma parte del debate público.
sibles. Frente a un entorno urbano cada vez más restringi- Una muestra de la variedad de intervenciones ciudadanas
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do, las intervenciones colectivas en el espacio público, con que han proliferado en las circunstancias actuales se observa
orientación directa o indirectamente política, se han hecho en lo que anunció el participante en la descripción personal
tan diferenciadas y omnipresentes que han conseguido am- que abre este trabajo: “estar en la plaza con los vecinos”, es
pliar considerablemente la gramática de la resistencia. A los decir, lo que el colectivo organizador ha denominado “#fem-
viejos términos “happening”, “situacionismo”, “interven- Plaça” (#HagamosPlaza, #fP es la abreviación que usan los
ción”, “sentadas” y “okupación” se les puede agregar nuevos organizadores). En pocas palabras, #fP es un evento, inter-
conceptos como “pop-up city”, “DIY” (“hazlo tu mism@”), vención o happening, más o menos mensual, y que no está
“ciudad ocasional”, “acampadas”, “huerto urbano”, “artivis- afiliado a ninguna institución ni organización. Cada mes
mo”, “asambleas al aire”, “arquitectura ambulatoria”, “re- investigan, debaten y seleccionan una plaza en Ciutat Vella
en la que van a “estar” o que van a ocupar durante una tar-
de. Los organizadores de #fP ofrecen una invitación abierta
3 Según Ramírez Blanco, alrededor de estas fechas, en 2007-2008, tam- a todas las personas del barrio para que se congreguen en la
bién renació el movimiento okupa en Madrid (209).
plaza con el objetivo de que entre todos “recuperem l’espai
4 La definición del “espacio público” es relativa. Para este artículo, lo de- públic com a lloc de convivencia” (“recuperemos el espacio
fino como un conjunto arquitectónico, material e imaginario constitui- público como lugar de convivencia”), como dice el letrero
do y confluido por relaciones sociales, políticas, económicas que están que sitúan en medio de la plaza. Las plazas que eligen es-
constantemente negociándose entre poderes asimétricos. Es importante
cuestionar el imaginario común del espacio público que nos dice que es tán en el casco antiguo de Barcelona —una de las zonas de
fijo/estable, gratuito, abierto a todo ser humano y a cualquier actividad Europa cuya arquitectura ha sido transformada más rápida-
legal, al aire libre y financiado por fondos públicos canalizados por el go- mente en la época contemporánea (Marshall)—. Para la se-
bierno local. Sobre la polémica teórica de la definición o la diferencia del lección de una plaza, los organizadores suelen dar prioridad
espacio público ante el espacio privado, véase Fraser, páginas 680-682.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015