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omo han demostrado las múltiples expresiones del dio idóneo para promover modelos positivos de socializa-
Cproyecto de la Recuperación de la Memoria Histó- ción” (14). José Javier Sánchez Aranda también afirma que
rica, se entiende en España la importancia de contar histo- los programas de televisión pueden ejercer influencia en la
rias —sobre todo las historias de las mujeres— para dar voz sociedad porque “constituyen referentes en la construcción
a las entidades silenciadas por la Historia. El acto de narrar de identidades” (19). Nos encontramos en un momento so-
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se convierte en una manera de dar forma a historias y de cio-histórico en el que la televisión como medio de comu-
dar vida a las personas afectadas por la Historia oficial que, nicación es reconocida como un texto social dominante del
hasta ahora, presentaba una versión tergiversada de muchas que la sociedad extrae algún significado (Danesi 145). Es
historias personales. Para dicha labor vale tanto la narración decir, que no sólo refleja la sociedad sino que también pue-
ficticia tanto como la no ficticia, tanto la audiovisual como de servir como estímulo para el cambio social de la misma
la escrita. En el caso de la ficción escrita, Patricia Walton y (Danesi 149-151). Asimismo, observamos que en los últi-
Manina Jones señalan que la ficción popular tiene una rela- mos años se han llevado a cabo numerosos estudios que se
ción recíproca con la sociedad, pues afirma valores cultura- centran en el desarrollo de la mujer en series de televisión
les existentes a la vez que sirve para ayudar a los miembros españolas. Esto se debe a la convergencia de varios factores:
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de la sociedad a asimilar nuevos valores (Vosburg 77). En el los cambios sociales en la situación de la mujer en España
caso de la ficción audiovisual, Elena Galán Fajardo apunta que vienen desarrollándose desde la época de la Transición;
a la misma relación recíproca señalando que “Al igual que el subsiguiente crecimiento de los estudios de género; un
la educación en las escuelas puede erradicar hábitos y ac- auge en series de televisión que reflejan la nueva posición
titudes xenófobas o sexistas, la televisión puede ser el me- social de la mujer; y, por último, una creciente aceptación
en el mundo académico de los estudios de televisión como
objeto legítimo de estudio, lo cual, a su vez, es propulsado
1 Entre los numerosos estudios y biografías publicados en España desde por un entendimiento de que no toda programación de te-
2007 sobre las mujeres durante la Segunda República, se destacan los levisión es telebasura. 3
siguientes: La paz es nuestra, 30 mujeres de un infinito de Cristina Es-
crivá Moscardó; La lucha es tu vida: relato de nueve mujeres combatientes
republicanas de Carlos Fernández Rodríguez; Las intelectuales republica- 2 Véanse por ejemplo Discursos de ficción y construcción de la identidad de
nas: la conquista de la ciudadanía de Mercedes Gómez Blesa; Ciudadan- género en televisión de Menéndez Menéndez, María Isabel; “Rasgos de-
as y protagonistas: mujeres republicanas en la II República y la Guerra Civ- finitorios de la mujer en las series de ficción televisiva española” de Eri-
il coordinado por Mary Nash; Mujeres olvidadas: las grandes silenciadas ka Fernández Gómez y Fátima Gil Gascón; y las publicaciones de Elena
de la Segunda República de Antonina Rodrigo; y Las páginas femeninas Galán Fajardo.
de Matilde Zapata presentado por José Ramón Saiz Viadero. Asimismo,
cabe señalar la labor de Laura Freixas, escritora que aboga por la igual- 3 En su libro La imagen social de la mujer en las series de ficción pub-
dad de género en la cultura a lo largo de la historia y también en la ac- licado en 2007, Elena Galán Fajardo habló de una “frecuente e indis-
tualidad, desde clasicasymodernas.org, entre otros medios. criminada asociación en la crítica televisiva entre televisión y telebasura”
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015