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cal Justice reflejan una ubicación disciplinaria más limitada,   justicia sufrida y las respuestas ante ella— no le sorprenden,

 específica y convencional. A fin de cuentas, Radical Justice   ni mucho menos; de hecho, todo el marco conceptual que

 es una obra de crítica cultural. Trabaja con textos y presenta   informa el libro parte de que en el fondo esas insuficiencias

 lecturas de esos textos filtradas por un aparato teórico hu-  son inevitables. Pero esto no quita que su existencia sirva

 manístico. Así, sus cuatro capítulos nos proporcionan aná-  para inspirar una profunda indignación en el autor, indig-


 lisis críticos, tan densos como sugerentes, de tres series de   nación que a su vez informa el claro compromiso políti-

 narrativas detectivescas —Galíndez y Los mares del sur de   co que le mueve como intelectual, escritor y ciudadano. Su

 Manuel Vázquez Montalbán; Nadie sabe más que los muertos   mirada crítica sobre la evolución política y cultural de Espa-

 de Ramón Díaz Eterovic y Una sombra pronto serás de Os-  ña, Chile y Argentina desde sus sendas transiciones demo-

 valdo Soriano— y cuatro documentales políticos: El astuto   cráticas es dura e intransigente. En cierto sentido Radical


 mono Pinochet contra La Moneda de los cerdos (Bettina Perut   Justice es un libro que no cabe en sí. No está muy pulido en

 and Iván Osnovikoff), Santa Cruz . . . por ejemplo (Günter   términos de estilo u ortografía, se permite atajos, deja cabos

 Schwaiger y Hermann Peseckas), H.I.J.O.S., el alma en dos   sueltos —así, por ejemplo, presta bastante menos atención

 (Carmen Guarini y Marcelo Céspedes) y El caso Pinochet   al “market” de lo que el título parece indicar— y tiene un

 (Patricio Guzmán). (Algo incongruentemente, el autor ca-  final abierto, casi especulativo. Por otra parte, ese impulso


 lifica a todas estas obras como ejemplos de “popular cultu-  desbordante, el hecho de que sea un libro untidy y maxima-

 re”.)   lista, constituye uno de sus encantos.

 Las lecturas de las novelas detectivescas son detalladas,   Sin embargo, también podemos leer este texto en clave

 originales y sugerentes. Para Martín-Cabrera, la figura del   sintomática. Martín-Cabrera nos plantea una pregunta im-

 detective melancólico —que investiga la injusticia sin per-  portante y trascendental: ¿cuál es nuestra obligación, como

 mitirse la ilusión de que se pueda remediar adecuadamen-  intelectuales y ciudadanos, ante la demanda de justicia de

 te— no es un factor de parálisis política sino más bien un   las víctimas de diferentes formas de represión política? Pero


 poderoso recordatorio de que la impunidad persiste inclu-  la estructura, el estilo y el contenido de su libro plantean

 so después de una transición democrática. Su lectura de los   otras tres o cuatro preguntas implícitas que no acaban por

 documentales políticos es también astuta y matizada. Así,   resolverse satisfactoriamente:

 critica aspectos de la obra del cineasta Patricio Guzmán, so-  • ¿Es políticamente productivo exigir una memoria infi-

 bre todo la inserción de argumento de El Caso Pinochet en   nita y una justicia radical al mismo tiempo que se admite

 la agenda global de derechos humanos y su “feminización   que son inalcanzables?

 de la memoria.”  • ¿Es compatible la perspectiva individualista y terapéu-


 El tono de Radical Justice es urgente e intenso. Las insufi-  tica de la teoría psicoanalítica con un proyecto político de

 ciencias que señala Martín-Cabrera —el abismo entre la in-  transformación social?





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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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