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vela que al menos en el momento de su publicación pasó                                                                  de recepción y mediación, sí iría encontrando desde su apa-

         casi absolutamente inadvertida. No tuvo, al menos que yo                                                                rición algunos aunque escasos ecos en blogs o páginas web

         recuerde, ninguna crítica, reseña o comentario en los suple-                                                            relacionados, en mayor o menor grado, con esas áreas cultu-

         mentos o espacios mediáticos al uso. Es decir, no fue noticia                                                           rales que giran en torno a las izquierdas radicales. Lo curio-

         literaria, sin duda y entre otras causas, porque en las condi-                                                          so es que la mayoría de estos comentarios críticos laudato-

         ciones de recepción en aquellos momentos existentes —re-                                                                rios dejan rastros evidentes de estar sometidos a una presión

         cuerden que todavía la crisis no económica no había estalla-                                                            cultural que les hace sentirse obligados a resaltar la existen-


         do— textos como la novela de Fernando Díaz tenían muy                                                                   cia en la novela de “valores literarios auténticos” como ade-

         difícil adquirir existencia real.                                                                                       lantándose a las críticas en sentido contrario que dieran —y

             Quisiera hacer constar dos reflexiones al respecto: por un                                                          con razón— por supuestas. Transcribo por ejemplo la in-

         lado señalar que aun en este campo literario hegemónico                                                                 formación que consultando en Google aparece en la web de

         con perfiles ideológicos de centro izquierda o centro dere-                                                             una librería progre de Uruguay:

         cha, algunos textos y autores que, al menos en apariencia,

         se sitúan en posiciones más de izquierdas, reciben no solo                                                                     Panfleto para seguir viviendo no aspira al goce estético ni al “es-
                                                                                                                                        tremecimiento lírico”, tampoco aspira a convertirse en un hito
         normalizada atención sino laudos, prestigios y encomios,                                                                       literario. Ésta es una sonora incitación al compromiso, una obra

         si bien puede detectarse fácilmente que los niveles de aten-                                                                   sin complejos, irreverente y provocadora, incluso molesta e in-

         ción y alabanza son directamente proporcionales al grado                                                                       sultante a ratos, políticamente incorrecta siempre. El narrador

         de abstracción y sentimentalismo con el que la lucha de cla-                                                                   es Fernando Díaz, un hijo del proletariado que se declara comu-

         ses se representa y narra en sus obras; por otro, constatar                                                                    nista y “antiliterario” y que pretende, por encima de todo, lle-
                                                                                                                                        gar a los demás hijos del proletariado para instarlos a remediar
         que, dentro del campo literario del estado español, el espa-                                                                   las injusticias del sistema. Fernando Díaz escribe supuesta pro-

         cio literario que podríamos calificar de rojo (al que se po-                                                                   paganda, un panfleto en el que se zarandea todo lo relaciona-

         dría añadir el verde ecológico y violeta feminista), ligado a                                                                  do con la pasividad y el entretenimiento, un panfleto que carga

         territorios críticos de izquierda radical o alternativa, además                                                                contra la literatura pero que, aun así, desvela a un gran escritor.


         de precario está muy atravesado e influido por la escala de                                                             Atención a ese “aun así, desvela a un gran escritor”.

         valores propios del campo hegemónico. Dicho de otra for-                                                                    En el diario Rebelión.org, uno de los lugares con especial

         ma: que las poéticas desde las que la mayoría de las fuerzas                                                            relevancia dentro de ese espacio mediático alternativo, otra

         de la cultura de la izquierda selecciona, lee y valora las obras                                                        reseña bien argumentada señala la novela como “la muda

         literarias responde en muy alto grado a las poéticas domi-                                                              tragedia de un hijo del proletariado que se declara comunis-

         nantes de corte humanista y elitista.                                                                                   ta y ‘antiliterario’” para añadir a continuación que:

             El Panfleto para seguir viviendo aunque no recibió aten-


         ción alguna por parte de los aparatos literarios hegemónicos






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