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de escritores que, casualmente, han nacido alrededor de los   mente novelas, que, tal como se ha apuntado, con atmósfera

 años 50 del siglo XX cuando comienza con fuerza el éxodo   y problemática similar, surgen en la reciente literatura espa­

 rural. Escri tores que recuperan y mantienen, con la palabra   ñola. Son obras que siempre abordan el abandono de un pa­

 literaria, la memoria que es común a toda una generación: la   raíso perdido. Es decir, obras que indagan en espacios que

 del abandono de sus espacios rurales que les vieron nacer y   han sido abandonados y que, físicamente, han desaparecido

 donde desarrollaron su infancia y adolescencia.  o están a punto de desaparecer. Y esa misma tríada de evoca­

 Por otro lado, porque, como mínimo, pese a la singulari­  ción, nostalgia y memoria es lo que, también, como ya se ha


 dad de cada caso, todo despoblado contiene elementos vita­  dicho, conforma el humus básico de su aceptación por un

 les y universales que propician su uso literario. Basta pensar   público lector.

 en el valor temático de la destrucción de un espacio otrora   Las formas de atrapar esta literatura de la memoria son

 lleno de vida, en la alteración de ese paisaje, en el desarrai­  diversas, pero, sobre todas, destaca el tratamiento del aban­

 go —emocional y vital— de los habitantes que son traslada­  dono forzado. España, a partir de los años 60 del siglo

 dos a una nueva y desconocida ubicación, en la pérdida de   XX, sufrió un proceso de despoblación y de aculturamien­

 la memoria colectiva e individual que conlleva el abandono,    to del medio rural. En la mayoría de los casos, este proce­


 en la presencia de la soledad y de la muerte…, pero, a la vez,   so fue impuesto y sus gentes arrancadas del territorio dejan­

 también, en la perversidad de la codicia y la especulación que   do atrás su identidad y su mundo. Esta imposición forzada

 envuelve bastantes de las causas e intereses sociales —panta­

 nos, obras públicas, propuestas de ocio…— que empujan al   —que conlleva el abandono de lo propio y la desaparición

 abandono de un espacio habitado.   del territorio personal— es lo que permite a determinados

 En suma, el abandono de núcleos habitados no es un   autores la evocación del paraiso perdido y, mediante la me­

 único tema literario, sino un cúmulo de temas. Como tam­  moria creativa, su mantenimiento en el imaginario colec­

 poco puede ser la sola imagen de una arquitectura engullida   tivo. Los triunfos de La lluvia amarilla (1988) o de Cami

 por la vegetación que permite ver retazos de una historia y   de sirga (1988)  —junto a sus intrínsecos valores estéticos


 una vida latentes en el pasado, sino que es la historia y la vida   y literarios— son, sin duda, fruto de esta realidad. Y, tam­

 mismas.  bién, la aparición posterior de otras muchas novelas con pa­
         recidas problemáticas —construcción de pantanos en nom­


 3. La literatura del despoblado. Breves notas sobre Ara-  bre del progreso, la fuerza de lo urbano, la concentración y

 gón.    globalización de la producción que destroza lo agropecua­

         rio, etc.— cuyos paisajes y paisanajes de antaño tienen hoy

 Evocación, nostalgia y memoria es una tríada clave para de­  vida únicamente en la literatura. Novelas que, por supuesto,


 finir la activa presencia  de varias obras literarias, especial­  en su mayoría, han sido creadas por escritores nacidos en el






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