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‘realismo tímido, cine social, cine comprometido y realismo me- guion), sino también a los cortos que le anteceden, pues en
lodramático” (Cameron, “Documenting Podemos” 59). En éstos descubrimos ya la materia y la forma que despuntarán
otro de sus artículos, el mismo Cameron detalla los directo- en El mundo es nuestro. En este sentido, el largometraje se
res que, en la estela de Aranoa, a su juicio conforman la ge- erige en una especie de amplificatio de una problemática so-
neración que se cuece con la crisis de 2008 y bulle en torno cial a la que, por lo demás, no será ajena su filmografía pos-
al conocido como Movimiento 15-M de 2011. Desahucios terior. Antes, al contrario, esa manera conformará siempre
(del Castillo, Munt, E. Cortés); trauma, físico o psicológi- su ser, aunque la ‘tela de guasa’ pueda desorientarnos.
co, sobrevenido con dicha crisis (F. Franco, Sorogoyen, Ver-
mut); recurso a la actividad criminal (Paco León, Marzoa, Antecedentes
Lacuesta); necesidad de emigrar (Jaime Rosales, García Ve- “Esto ya no es lo que era” (2008) y “Eso es así” (2009) son
lilla, Trapé); difícil integración de los migrantes en España los primeros cortos con los que Alfonso Sánchez y Alberto
(Alcantud, Iñárritu, Almandoz); y, por último, la aparición López se dieron a conocer en la red con un éxito de público
de personajes que fantasean con el suicidio o el asesinato inmediato e incontestable. Poco importa que ambas crea-
como escape al opresivo laberinto de sus vidas (de la Iglesia, ciones no vayan a pasar a la historia del cine por sus inno-
Cánovas): he aquí la casuística y sus agentes. En el último vaciones técnicas, ni por su puesta en escena: un plano cir-
grupo, además, aparece una somera referencia a El mundo cular del entorno que, al aproximarse a los 360º, se aquieta
es nuestro (2012), de Alfonso Sánchez (Cameron, “Elliptical en una foto fija de los protagonistas, que disertan sevilla-
Life” 247-48). No obstante, este encaje tanto generacional namente de todo lo divino y lo humano. Ante tal plantea-
como temático (a decir verdad, salvo el desahucio como tal miento (no serán estos los únicos dos cortos que manten-
—aunque no el problema de la vivienda, en general—, to- gan tan estajanovista formato), colegiremos que todo queda
dos y cada uno de esos motivos aparecen en la obra prima al albur del guion y la interpretación de los actores. No hay
de Sánchez), apenas nada es lo que encontramos en la críti- más, ni menos, si bien con ese aparente poco han alcanzado
ca académica sobre este largometraje, que comparte con el las 1.700.000 y 3.765.000 visualizaciones, respectivamen-
de Aranoa, y con algunos de los otros directores señalados, te; y si a los referidos cortos les sumamos los varios que ven-
esa factura agridulce de denuncia social. Paliar (acertada pa- drían después, el montante total de capturas en línea supera
labra para dar volandas al cine de Alfonso Sánchez) esta es- ya unos llamativos diez millones. En todos los casos, tanto
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pecie de desconsideración es mi objetivo en el presente tra-
bajo. A tal efecto, fundamental ha de ser recorrer la hasta
entonces cortísima carrera del director sevillano, prestando 1 A estos dos cortos seguirá “Aquello era otra cosa” (2009), la tercera en-
trega de lo que la productora Mundo Ficción denomina “Una trilogía
no solo la lógica atención a su primer largo (en especial al sevillana”. En este corto, Roque y Vladi, dos hippies perroflautas entra-
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024