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ejemplo sería Vida bilingüe de un refugiado español en Fran-  Varios artículos resultan especialmente esclarecedores al

 cia de Alberti, sobre la cual, dice De Marco “no conozco an-  desmontar lugares comunes sobre el funcionamiento de las

 tologías que escojan un texto de ese libro de Alberti y con   estructuras franquistas y el peso que tuvieron en la confi-


 frecuencia ni lo mencionan las historias literarias” (45). En   guración del canon y, por extensión, en la influencia sobre

 cuanto al campo de la crítica, Max Hidalgo Nácher expli-  la percepción de los españoles acerca de su cultura y de su

 ca cómo el caso español difiere de otras tradiciones, ya que   país. Por ejemplo, Berta Muñoz Cáliz, en su excelente ar-

 en España la literatura se piensa como expresión de estilo   tículo “Teatro y censura desde la dictadura franquista” nos

 (y no, por ejemplo, como documento sociológico), lo que   hace comprender la magnitud del peso que la censura tuvo


 hace que tanto el estructuralismo como la semiótica, “dis-  en el ámbito teatral al afectar prácticamente la totalidad de

 cursos que desestabilizan [la] relación entre el adentro y el   su producción entre 1939 y 1978 y de cómo se condicionó

 afuera del texto” (57), queden relegados en el contexto es-  la recepción de las obras a través de los Teatros Nacionales,

 pañol de los años 60 a la estilística (también llamada estilís-  las críticas, los programas y cualquier tipo de texto al que


 tica católica) de Dámaso Alonso, es decir, a un “método crí-  accediera el público. Será también en el teatro donde se per-

 tico [que] al fundamentarse en la intuición, es, finalmente,   ciban las contradicciones de la dictadura: la censura afecta a

 un método autoritario e indiscutible, ya que sobre el miste-  autores afines al régimen como Jardiel Poncela a quien se le

 rio no es posible discutir racionalmente” (62).   prohíben varias obras, pero se autorizan las de otros como


 Muy distinto es el trabajo que sigue, de Rocío Ortuño Ca-  Miguel Mihura o las “de autores de prestigio internacional

 sanova, acerca de la recuperación que se da en España entre   como Bertolt Brecht, Peter Weiss o Jean Paul Sartre, con el

 los años 1940 y 1960 de un interés por lo filipino reflejado   fin de ofrecer una imagen liberal de la escena teatral de la

 en novelas y películas (como la muy popular Los últimos de   España de Franco” (119). Además, la propaganda sobre el


 Filipinas). Lo filipino encapsulará la mirada nostálgica del   “aperturismo” de los años 60 hizo que muchos creyéramos

 imperio en consonancia con los anhelos franquistas, aun-  que la censura fue cada vez menos estricta; Muñoz Cáliz,

 que esta empezará a ser sustituida, a partir de los 50, por   sin embargo, demuestra que en el teatro no fue así y que

 temas relacionados con el contexto de la Segunda Guerra   gracias al control de los censores, el teatro se convirtió “en


 Mundial. Ortuño Casanova explora el peso del imaginario   el instrumento de una renovación estética y ética, social y

 filipino en el franquismo, pero deja abiertos aspectos rela-  mental que tuvo su clímax durante la Transición” (112).

 cionados con la literatura propiamente filipina para futu-  Varios artículos, como el de Muñoz Cáliz, ponen de ma-

 ras investigaciones (la obra de José Rizal, etc.) que podrán   nifiesto, por un lado, las contradicciones del régimen —la


 aportar una mirada complementaria a la proporcionada por   disociación entre discurso y realidad— y, por otro lado, el

 la investigadora.   control del franquismo sobre parte de la producción cultu-






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  6 , 2024
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