Page 86 - Revista5
P. 86
les en una crisis de supervivencia (Snyder 1). La crisis acaba les permite seguir adelante con sus vidas (Berlant 14). En
con una fantasía de la buena vida que nunca había llegado Madres, el optimismo que mantienen las madres en su día
a cumplirse. El avance de los derechos de las mujeres desde a día es un reflejo de una fantasía que, si bien no se ve frus-
la caída de la dictadura franquista en el terreno laboral, so- trada a corto plazo, sí tiene lugar a mayor escala en la medi-
cial y familiar había generado un conjunto de expectativas da en que estas dejan de lado sus vidas para cumplir con un
en el país, entre ellas la repartición igualitaria de las tareas modelo de familia y un rol de madre imposible en las con-
domésticas que, como hemos visto durante la pandemia, no diciones que proporcionan los estados modernos.
han terminado de cumplirse. Además, la propia idea de feli- Madres es una serie compleja: por un lado, es una de las
cidad que acarrea esta noción de buena vida es problemáti- primeras ficciones televisivas que se enfoca exclusivamente
ca (Cossío 187) en tanto que, como ha apuntado Sara Ah- en cómo la relación de las madres con sus hijos y el cuidado
med: “... ordinary attachments to the very idea of the good de estos afecta a diferentes facetas de su vida; por otro lado,
life are also sites of ambivalence, involving the confusion reproduce ideologías sacrificiales de la maternidad. Preten-
rather than the separation of good and bad feelings. Read- de dar visibilidad y puestos de poder a las mujeres, como
ing happiness would then become a matter of reading the sabemos por la elección del elenco y de las directoras, ade-
grammar of this ambivalence” (“... los apegos ordinarios a más de por las declaraciones de las actrices principales y de
la idea misma de la buena vida son también lugares de am- sus productores. Además, se concibió para ensalzar la labor
bivalencia, que implican confusión más que separación de de las mujeres en el ámbito de los cuidados y acabar con el
sentimientos buenos y malos. Leer la felicidad sería enton- binarismo que divide a las madres en categorías como “bue-
ces una cuestión de leer la gramática de esta ambivalencia”; na” y “mala” o “apta y no apta”. Sin embargo, Madres no
mi trad.; 6). En el caso de Madres vemos cómo esta felici- consigue cumplir tales objetivos. Al contrario, nos presen-
dad se traduce en el bienestar de los hijos y cómo las frus- ta una visión de la mujer sacrificada cuyo horizonte de sen-
traciones de los deseos de estos siempre se asocian a la frus- tido depende exclusivamente del bienestar de su hijo. Las
24
tración de su rol como madres. Cuando Carmen, la madre
empresaria, escucha a su hija hablar mal de ella afirma: “Mi 24 Esto nos recuerda al análisis de Mary Ann Doane en el que analiza la
hija me odia. Y no la culpo. No he sido ni buena madre, ni categoría del cine estadounidense “woman’s film”. Dicho género, com-
buena hija. Soy un desastre” (47:23, capítulo 13). Es el op- prende las películas de Hollywood producidas especialmente en los años
30 y 40, tiene a mujeres como protagonistas y trata sobre cuestiones con-
timismo no ya en torno a su cura, sino en lo que refiere al sideradas “femeninas” como la familia, el sacrificio, etc. Este cine de hace
refuerzo de los vínculos entre madres e hijos, lo que permi- casi un siglo nos proporciona ciertas imágenes familiares con la serie de
te y hace la vida soportable en el hospital. Este optimismo Madres, donde las mujeres muestran hacia sus hijos una actitud de: “wait-
ing, giving, sacrificing and mourning” (“esperar, dar, sacrificar y llorar”'
suele presentarse de forma ambivalente, inconsistente, pero mi trad.; 180).
86 87
Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023