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to laboral y familiar.  Como apunta Nancy Berthier, el rol   nistas y la frustración de sus futuros, en la medida en que
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 de las madres durante la pandemia fue “… uno de los te-  el cuidado absorbe sus vidas, se ciñe al concepto de “opti-

 mas predilectos de la producción humorística amateur que   mismo” de Lauren Berlant definido de la siguiente mane-


 se disparó durante el confinamiento” (34). Circularon nu-  ra: “Optimism is, instead, a scene of negotiated sustenance

 merosos memes que daban cuenta de la triple jornada (la-  that makes life bearable as it presents itself ambivalently,

 boral, doméstica, educativa) (34) que tuvieron que asumir   unevenly, incoherently” (“El optimismo es, en cambio, un

 las madres durante el confinamiento.  Esta incompatibili-  escenario de sustento negociado que hace soportable la vida
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 dad no resulta en ningún caso novedosa, ya que las largas   tal como se presenta de manera ambivalente, desigual e in-


 jornadas laborales o simplemente las dificultades de adqui-  coherente”; mi trad.; 14). Dicho optimismo es el que per-

 rir un trabajo estable o compatible con la crianza eran moti-  mite crear la fantasía de la buena vida, es decir: la ilusión de

 vo de preocupación para muchas mujeres antes de la pande-  una relación sentimental durarera y recíproca, del apoyo y


 mia y esta las puso aún más de manifiesto. Sin embargo, la   la estabilidad las instituciones, de los mercados y del traba-

 serie no representa la frustración derivada de la imposibili-  jo, cuando, dice Berlant, abundan las evidencias de su ines-

 dad de compatibilizar el rol de madre con el resto de facetas   tabilidad, su fragilidad y su alto coste (2). La enfermedad de

 vitales como algo estrictamente negativo. En tanto que su   los hijos, la evidencia de la fragilidad de unos modelos fa-

 fin es principalmente ser buenas madres, estas obedecen sin   miliares heteronormativos que flaquean ante la adversidad


 cuestionar su papel tanto en la vida de sus hijos, como a ni-  y unos trabajos que no permiten cuidar de los hijos ponen

 vel social y familiar. Así, vemos como la madre ex-adicta de   en evidencia el fracaso de estas “buenas vidas” de la misma

 Madres comenta a su ginecóloga: “Quizás no haya sido una   forma que la pandemia también las ha puesto en cuestión.

 buena persona, pero voy a ser una buena madre” (13:30,   Este fracaso y la ruptura de la fantasía de la buena vida, que


 capítulo 10). La inestabilidad de las vidas de las protago-  vemos truncada en la serie están también relacionados con

         un modelo social, económico y político que ha sufrido una

         fuerte crisis durante este siglo.
 22  Me refiero a los problemas que surgen en las parejas a raíz de la enfer-

 medad de los hijos.  La vida dentro del Estado español, un estado supuesta-
         mente de bienestar, se vio devaluada con la crisis económi-
 23  La maternidad reflejada en su aspecto cómico se ha ido haciendo cada
 vez más hueco en las pantallas españolas. Precisamente en octubre del   ca global del 2007-2008 cuando se produjo una crisis en

 2020 comenzó el rodaje de “Supernormal”, una serie de Movistar que   muchos sectores del país como el laboral, el urbano y el de

 se estrenó el 9 de julio de 2021 ambientada en el siglo XXI y que cuen-  vivienda. Además, tuvo lugar también una crisis guberna-
 ta las dificultades de una jefa en un banco de inversión que es, a su vez,   mental que impulsó las políticas neoliberales y que contri-
 madre de tres niños. Este personaje, además, nos recuerda a Carmen, la

 madre empresaria de Madres.  buyó a que el día a día se convirtiese para muchos españo-





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 Revist a  de  al ce s XXI                              Número  5 , 2021-2023
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