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P: Ahora que el neoliberalismo ha colonizado nuestro de-                                                                queda de identidad sólida; cuando a nuestro alrededor todo

         seo, ¿cómo crees que afecta al deseo de maternidad?                                                                     son identidades líquidas, los jóvenes buscan un modo con-

                                                                                                                                 creto de inscribirse en la vida y en el mundo: siendo padres.

         R: El neoliberalismo tiene mucho que ver con ese deseo ma-                                                              Y hoy se multiplican las publicaciones que les indican cómo


         ternal intramitable que he llamado fanático, en el sentido                                                              han de ser padres y madres perfectos, como si se hubiera

         en que nos educa para pensar que todos los deseos pueden                                                                roto la cadena intergeneracional de aprendizaje, o se nega-

         ser realizados, que los convierte en derechos, que han de ser                                                           ra el saber de las generaciones anteriores (un rasgo de nues-

         realizados aún a costa de lo que sea. De ahí también que se                                                             tra cultura olvidadiza y presentista). Por otra parte, no hay


         haya legitimado en el imaginario colectivo el modo de es-                                                               una sola maternidad sino maternidades, como señaláis. Y

         clavitud que suponen los vientres de alquiler, un medio de                                                              muchas jóvenes consiguen integrar su vida profesional con

         obtener un hijo que esclaviza con contratos tiránicos a las                                                             la maternidad subjetivando el ejercicio maternal de forma

         madres gestantes, normalmente en otro extremo del mun-                                                                  creativa, sin demasiada culpa ni pretendiendo ser la madre

         do, y que convierte a este hijo en un objeto más del mer-                                                               perfecta. Hay muchos blogs, como bien sabéis porque me


         cado, que puede ser devuelto si no satisface las condiciones                                                            consta que lo habéis estudiado, donde las madres desmitifi-

         pactadas o el gusto de quienes lo pagan. Tener un hijo —                                                                can la maternidad de forma humorística, difundiendo otra

         dentro de este marco ideológico— no es solo un deseo, sino                                                              mirada sobre la crianza. Se trata aquí de otra cara de la mo-


         que se entiende como derecho, y como tal se busca y se lu-                                                              neda, pues algunos banalizan el sufrimiento psíquico, la re-

         cha por él hasta la extenuación.                                                                                        nuncia y la incertidumbre que la crianza implica.




         P: ¿Crees que la pluralidad de maternidades y de figuras de                                                             P: En tu opinión, ¿cabe una lectura política de la visibiliza-

         las madres que rastreas en la literatura, el cine y la cultura                                                          ción de la parentalidad?


         popular responde a una apertura o, de algún modo, el

         mercado neoliberal nos hace desear ser sobre todo madres y                                                              R: Creo que el fracaso del estado de bienestar, la precariedad

         padres?                                                                                                                 del sistema de cuidados, que afecta a todos los países occi-


                                                                                                                                 dentales, ha traído de la mano la visibilización de una paren-

         R: El mercado neoliberal nos convierte en consumidores                                                                  talidad que la revolución feminista quiso colocar como un

         compulsivos, y el deseo de ser padres y madres es uno más                                                               elemento más, y no el central, en la vida de las mujeres. Se

         en ese mercado, que intenta satisfacerlo por todos los me-                                                              necesita idealizar la entrega de los padres cuando hay déficit

         dios, creando nuevos nichos de consumo. El deseo de pater-                                                              de instituciones donde cuidarlos. Además, el imaginario de


         nidad y maternidad se inscribe, a mi entender, en una bús-                                                              crianza busca la producción (llamémosle provocativamente






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                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                       Número  5 , 2021-2023
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