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cendencia sobre sus compañeros y cierto grado de indepen-                                                                      Blanca: “¿Por qué no? Si fuera un hombre y el niño estuviera

         dencia en el desarrollo de su profesión pese a no ostentar                                                                     con su madre no me estarías diciendo esto, ¿no?

         un cargo de responsabilidad y estar supeditada, por tanto, a                                                                   Darío: “Hombre, no, chiquilla, pero no es lo mismo”.


         los dictados de sus superiores hombres (órdenes ante las que

         muestra desacuerdo y resistencia en más de una ocasión).                                                                       Blanca: “¿Por qué? Ahora estoy aquí en Málaga y no sé cuánto

         Además, logra situarse en esta posición de reconocimiento                                                                      tiempo voy a estar y el niño está muy feliz con su padre. Fin de

         superando otro hándicap: ser la hija de un mítico comisario                                                                    la historia”.

         policial que, como veremos, marcará decisivamente su face-


         ta privada.                                                                                                                    Darío: “Pues no te creo”.

             El personaje representado en la pantalla por Maggie Ci-

         vantos también se sale, en lo que a su vida personal se re-                                                                 Es decir, ella continúa con su labor profesional mientras

         fiere, del estereotipo clásico de mujer con pareja estable y                                                            que su pareja masculina es la que se encarga de los cuidados


         madre de un bebé de pocos meses. Y es que ella renuncia                                                                 del niño, algo aún inhabitual en nuestra sociedad. Tampoco

         al cuidado de su hijo para intentar resolver un caso que,                                                               es una madre que “presuma” de tal condición ni que haga

         además, la obliga a desplazarse de su lugar de residencia                                                               un seguimiento exhaustivo de la cotidianeidad de su hijo,

         habitual, Madrid; de ahí que podamos encuadrarla en el                                                                  al que solo ve en las videoconferencias que mantiene con


         estereotipo de “mujer profesional” que anteriormente refe-                                                              su pareja al final de la jornada. La concepción de la mater-

         renciamos en la ficha de análisis del discurso. Esta circuns-                                                           nidad de la protagonista femenina se podría resumir en la

         tancia queda perfectamente reflejada en la siguiente fase de                                                            siguiente frase: “Aparte de vivir con mi hijo y mi pareja en

         diálogo entre Blanca y Darío, correspondiente al tercer ca-                                                             una habitación de hotel y tener que buscar la placa debajo


         pítulo de la serie:                                                                                                     de un montón de pañales, estoy bien” (capítulo 7).


                                                                                                                                     En lo que a su relación sentimental se refiere, esta es igual-

                Blanca: “Tiene 4 meses, está en Madrid y no tengo fotos en el                                                    mente atípica. Acabamos de mencionar la lejanía entre am-
                móvil”.                                                                                                          bos y lo esporádico de su contacto diario. Pero a esto se


                                                                                                                                 añadirá una infidelidad explícita por parte de Blanca en el
                Darío: “Eso me lo tienes que explicar”.
                                                                                                                                 tercer capítulo. De esta forma, los autores quieren evitar

                Blanca: “¿Te lo tengo que explicar de qué? No tengo nada que                                                     que se produzca cualquier posibilidad de idealización de la

                explicarte”.                                                                                                     protagonista entre la audiencia, especialmente en aquellos



                Darío: “Pero cómo vas a tener un bebé y vas a estar aquí tan                                                     públicos acostumbrados a estereotipos femeninos más recu-

                tranquila”.                                                                                                      rrentes como el de “reina del hogar”, “mujer objeto” o “víc-





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