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con las obras anteriores más maduras de Atxaga, y así supe- lísticas historias de Bambulo.” López-Gaseni ofrece un estu-
ra la categorización simple como LIJ. Destaca el papel de dio riguroso de los tres números de la serie del perro Bam-
varios paralelos tanto formales como temáticos en Un espía bulo —Bambulo. Primeros pasos (1998); Bambulo. La crisis
llamado Sara: el estilo detectivesco, la polifonía de voces na- (1998); y Bambulo. Amigos que cuentan (1999)— a la vez
rrativas, las oposiciones fundamentales, etc. De este modo que la compara con las novelas de Shola. López-Gaseni re-
logra reivindicar la novela, bien conocida por formar parte conoce la clara intención educativa de la colección que “se
de la literatura asignada en el 4º de la ESO de la escuela se- puede enmarcar en el precepto clásico del prodesse et de-
cundaria vasca, señalando que su complejidad merece, por lectare” (231). Las reconstrucciones creativas históricas de
lo menos, una lectura más profunda. Bambulo revelan una crítica de la historiografía que iguala
El artículo siguiente, “Shola: literatura, humor y libertad,” un enfrentamiento ideológico entre el autor y la poscultura.
reanuda la mirada crítica hacia la LIJ de Bernardo Atxaga, De este modo las divertidas viñetas del pasado narradas por
con una reseña de Xabier Etxaniz sobre esta misma colec- este protagonista de cuatro patas sirven para rescatar la his-
ción ilustrada, protagonizada por la perrita Shola, cuyos seis toria del quiasmo del olvido e integrarla en una colección
volúmenes se publicaron entre 1995 y 2015. Etxaniz resu- que enseña y deleita.
me el origen de la serie juvenil cómica y ofrece una historia El artículo siguiente, “El poemario Etiopia: La ciudad
detallada de la concepción del personaje principal perru- como metáfora de la crisis de la utopía,” remata la investiga-
no, de su diseño y de su personalidad al lado del persona- ción de la LIJ atxagiana; cambiando de tema, aquí Lourdes
je secundario, su dueño humano Grogó. Considerando la Otaegi Imaz destaca las conexiones complejas entre el poe-
ironía implícita de estas obras humorísticas, Etxaniz expli- mario Etiopia (1978) y el medioambiente literario neovan-
ca cómo Atxaga aboga por los valores democráticos a tra- guardista en que fue escrito, catalizador del grupo Pott.
vés de sus publicaciones en el campo de la LIJ, valores que Etiopia, la primera publicación poética de Atxaga, es una
ya había señalado como valiosos en su entrevista con Iker colección que, en las palabras de Otaegi Imaz, vive de la
González-Allende. Su reiteración de su importancia susten- intertextualidad, la hibridez y la experimentación, dejan-
ta el tema que prevalece en toda la LIJ de Atxaga: la necesi- do atrás la cansada poesía social de las generaciones ante-
dad de la convivencia entre personas, comunidades y cultu- riores a favor de la nueva influencia de la generación beat
ras diferentes. o de la oralidad. Erigido sobre una construcción dantesca,
Igual que Shola, Bambulo es otro protagonista perruno el libro “refleja el desengaño de la fe en la utopía” a la vez
atxagiano cuyas brillantes aventuras históricas se exploran que Atxaga “reafirma en los últimos círculos la necesidad de
en el artículo de José Manuel López-Gaseni, “Las bambu- mantener una resistencia post-utópica al desaliento y pro-
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Revist a de alces XXI Número 4 , 2019-2020