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I. Hacia dentro                                                                                                         como las más elitistas, es colaborar con empresas y gobier-

                                                                                                                                 no, cuyos contratos y contraprestaciones tienden a ser más

         A. Reforma administrativa                                                                                               lucrativos. Aunque las humanidades nunca van a poder, in-


                                                                                                                                 cluso si quisiéramos, alcanzar el potencial lucrativo de dis-

         Para incentivar a las instituciones y al profesorado a redu-                                                            ciplinas como bio-ingeniería o negocios, la colaboración y

         cir la brecha entre universidad y calle, debemos replantear-                                                            aplicación real del conocimiento para el progreso general de

         nos cuál es el objetivo último de la enseñanza universitaria.                                                           la sociedad debería considerarse una prioridad institucional

         Más allá de los títulos académicos y de la empleabilidad de                                                             a través de propuestas concretas como las que aquí exami-


         nuestros licenciados, la universidad funciona como un mo-                                                               namos.

         tor intelectual de la sociedad. Este trabajo de innovación y                                                                Además de conectar con nuestras comunidades y con in-

         progreso social no puede darse de espaldas a las propias co-                                                            vestigadores en campos complementarios, las humanidades

         munidades con y sobre las que trabajamos. Obviamente,                                                                   también pueden y deben interactuar con las ciencias e in-


         ningún modelo se puede aplicar de forma unilateral y uni-                                                               geniería para “poner la vida en el centro” (esta idea se desa-

         forme a toda actividad académica. Cuando el tipo de inves-                                                              rrolla en el apartado C de este documento) incluso, o po-

         tigación y docencia que realizamos requiera colaboraciones                                                              dríamos decir particularmente, en aquellas áreas en que los

         aplicadas y concretas con la sociedad, la universidad debe-                                                             aspectos humanísticos se tratan como secundarios o se ig-


         ría apoyar de manera institucional y decidida proyectos de                                                              noran. Por ejemplo, ¿cómo afecta la tecnología a sus usua-

         reciprocidad entre organizaciones comunitarias y la acade-                                                              rios desde un punto de vista humanístico? El riesgo para la

         mia. Si en las humanidades la raíz de nuestra misión acadé-                                                             democracia provocado por el uso interesado y falaz de los

         mica es humana, no podemos avanzar de espaldas a la socie-                                                              medios sociales se ha convertido en un problema acuciante


         dad, sino en colaboración directa con ella.                                                                             y que no se puede resolver solamente con algoritmos. Los

             Según abrimos la universidad al servicio a las comunida-                                                            equipos investigadores en la universidad que desarrollan,

         des con y sobre las que trabajamos, debemos proponer re-                                                                por ejemplo, innovaciones tecnológicas se beneficiarían de

         formas administrativas de calado para adaptar el tradicional-                                                           incluir a las humanidades y ciencias sociales en sus proyec-


         mente cerrado y elitista mundo universitario a la sociedad                                                              tos. No podemos seguir trabajando desde compartimentos

         abierta del siglo XXI. En varias disciplinas, las universida-                                                           disciplinares que no se comunican entre sí, ni podemos en-

         des ya están adaptándose a este modelo de colaboración,                                                                 tender las diferencias entre ciencias/tecnología/ingeniería y

         pero en la actualidad el motor de este cambio es económico                                                              humanidades como una brecha insalvable. Los retos que


         tanto o más que académico. La prioridad para muchas uni-                                                                enfrentamos no se dan compartimentados, sino que ocu-

         versidades, tanto las que sufren problemas de financiación                                                              rren al unísono. Las ciencias, la tecnología y las humanida-






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                  Revist a   de   alces XXI                                                                                                                                           Número  4 , 2019-2020
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