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net, la aceptación del hip hop, elementos, desde el exotis-  que se politicen, ahí estará la nueva cultura. Porque ahora

 mo más que desde la integración, de otras culturas. Hace   mismo, como ya he dicho, nuestro universo político blan-

 años entró la música electrónica, el reggaetón latino hasta   co, vasco, occidental, de izquierdas, vive en el centro de una


 cierto punto. Pero no existe una verdadera interculturali-  metrópoli muy homogénea y ortodoxa, como ha demostra-

 dad; se sigue con los mensajes clásicos, a pesar que ha cam-  do la censura express a un trapero, C. Tangana, del progra-

 biado tanto la realidad. Canciones contra la iglesia, la poli-  ma de fiestas de Bilbao, 2019 desde movimientos popula-

 cía, el estado…Y son en cierta manera elitistas, porque en   res, en una supuesta decisión de izquierdas feministas. Pero

 ellos quien decide son nuestr@s hij@s, vasc@s de ikastola,   censurar nunca es de izquierdas.


 blanc@s, que no han sufrido ningún desarraigo. Al contra-  Busco historiográfica y someramente, a ver si encuentro

 rio, han podido crecer en el orgullo de lo propio y han dis-  alguna clave, entre las fronteras estilísticas del fenómeno

 frutado de muy buenas condiciones materiales de vida. De   cultural popular más extendido del mundo, la Música de

 esta manera surgen grupos de chavales que son unas gran-  origen proletario estadounidense, que más de 200 años des-


 des orquestas, no como los quilombos punks minimalistas.   pués de su nacimiento es, a día de hoy, la primera Cultura

 Sin embargo, estos crearon clásicos y los otros hacen versio-  Global. Hablo del blues, el jazz, el rock, también el funk, el

 nes. Desde luego hay muchas y grandes excepciones crean-  rap, el trap, además del ska, el reggae... Esta cultura, com-

 do, pero todo, desde lo blanco y occidental, aunque de iz-  partida por toda la Humanidad, tiene en los descendientes


 quierdas. Desde la prosperidad material, aunque obrer@s.   de la esclavitud africana a sus primeros responsables. Y esa

 Desde la escuela de música o el poder de barrio o la subven-  preponderancia nunca ha dejado de crecer hasta día de hoy.

 ción pública, es decir, desde la metrópoli de nuestro univer-  Y sí, en esas fronteras entre estilo, las mutaciones musicales

 so vasco de izquierdas y raíz punk.   parecen tener elementos comunes:


 Estos 40 años, entre que diseñaron las ciudades para el   Nace de un desarraigo vital. El blues, de los negros que

 coche, nos sacaron de las escuelas de barrio para meternos   empiezan a cantar sus sentimientos y penurias personales.

 en ikastolas privadas, las extraescolares para ser músic@s, o   El jazz de los negros de plantación rurales que van a la ciu-

 bailarin@s, o políglotas, o pintor@s… Hemos robado la ca-  dad. El Rock de esos nietos de personas esclavizadas que


 lle a las Criaturas. Y la Calle es el lugar donde aprendes a ser   habían ascendido en su lugar social después de la 2ª Gue-

 libre, y lo que inspiró, en su máxima crudeza de barricadas,   rra Mundial y que rompen con la tradición puritana de sus

 crisis económica, dictadura y heroína, el punk. Así que, si   familias como, por ejemplo, Chuck Berry o Little Richard.

 en algún lugar va a nacer algo nuevo, será en las calles más   El Funk, de esos negros de ciudad que se encontraron en


 conflictivas de la frontera social, las más pobres, con mu-  las calles con los movimientos obreros y con otros desarrai-

 chas casas de apuestas y marihuana… Si alguien consigue   gados latinos y crearon una nueva mezcla con el acento en






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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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