Page 259 - Revista4
P. 259

llo, sino que aquella grabación fue presentada al gran públi-  lo no es solo recordar viejas anécdotas sobre cómo se formó

 co (en el sentido más modesto de la expresión) y a finales de   la banda, sino tratar de dar una respuesta lo más ajustada

 año, nos encontrábamos tocando codo con codo con la in-  posible a la realidad sobre si participamos, cómo y de qué


 mensa mayoría de las bandas (M.C.D, Parabellum, La Po-  manera en los movimientos sociales de la época, y la res-

 lla Records, Ska-p, Potato, Doctor Deseo, RIP, Tijuana in   puesta es indudablemente afirmativa.

 Blue, Distorsión, Skaparrapid, El Último Ke Zierre, entre   Recuerdo que allá por el 93 o el 94, Celtas Cortos ya de-

 muchos otros…), que apenas unos meses antes, habían sido   nunciaban en su canción “Tranquilo majete” que el aumen-

 nuestros más claros referentes a nivel nacional.       to del paro iba por el tercer millón (20 años después, tras la


 Todo  un  logro, podrán pensar  algunos, si  tenemos  en   crisis financiera y socio-política que azotó, entre otros mu-

 cuenta que el porcentaje de bandas que consigue tal obje-  chos, nuestro país, se rozaron los 6 millones), pero a gran

 tivo es más bien reducido. Aunque para no faltar a la ver-  parte de la sociedad, eso parecía traerle sin cuidado. No-

 dad, no puedo omitir que aquel nunca fue nuestro objeti-  sotros, Disidencia, pertenecíamos todos a la clase obrera o


 vo, que nunca llegamos a ser una banda de primera división   clase media/baja, por usar un término, digamos, más acor-

 (entre las cuales, cabe destacar los ya citados Ska-p o La Po-  de con el contexto, así que a nosotros sí que nos preocu-

 lla Records, además de Kortatu, Cicatriz, Eskorbuto, Negu   paba. Todavía me sigue llamando la atención que muchas

 Gorriak, Soziedad Alkohólika, Boikot, Hertzainak o los se-  personas hablan de que las letras de nuestras canciones (y


 villanos Reincidentes. La lista es prácticamente intermina-  las de muchas otras bandas) nunca dejan de estar vigentes,

 ble, aunque pienso que no es este el momento ni el lugar   como si de unos visionarios se tratara y… nada más lejos.

 para formar una relación o un listado concreto de bandas   Yo pienso que lo que sucede es que los años pasan, pero

 comprometidas), que, entre nuestras metas, tampoco for-  los problemas sociales siguen siendo los mismos, puede que


 maba parte el reconocimiento nacional (y muchos menos,   adaptados a las nuevas realidades, pero en esencia, no cam-

 internacional, como sucedió pocos años más tarde) y que,   bia nada. Así que, en definitiva, creo que ese mérito no nos

 la suerte, o el azar, también fueron de vital importancia para   pertenece. Por otra parte, Celtas Cortos, por seguir con el

 que los hechos se desarrollaran de tal forma que, al final, la   mismo ejemplo, también denunciaban que era delito la in-


 banda sí llegó a tener reconocimiento. Al menos, relativa-  sumisión. 2

 mente. En una medida distinta en función de cada época de

 nuestra trayectoria y siempre dentro del “mundillo” alterna-  2  La insumisión consistía en negarse a realizar el servicio militar obliga-

 tivo del “punk rock reivindicativo” y bueno, para quien no   torio o la prestación social sustitutoria. Hago esta matización por si el


 le suene de nada, siempre quedará la Wikipedia. Digo esto   lector desconoce el contexto socio-político, el movimiento antimilitaris-
         ta y las diversas razones que llevaron al Estado español a abolir el servi-
 a modo de introducción, porque la finalidad de este artícu-  cio militar obligatorio, finalmente, en 2002.






 258                                                                                                          259
 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
   254   255   256   257   258   259   260   261   262   263   264