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Otra parte importante de las contribuciones va dedicada                                                             cional careciente de codificación en términos de Žižek. En

         a la cuestión de la percepción, de la manera cómo los me-                                                               particular, muestra cómo en las obras más complejas se lle-

         dios influyen en nuestra percepción ya no del pasado, sino                                                              ga a una codificación múltiple bajo la forma de una toma

         del presente, definiendo lo que podría llamarse una poética                                                             de conciencia del trauma (La piedra en el corazón), o una

         de los medios: entran en esta categoría los ensayos de Me-                                                              crítica de la responsabilidad política (El corrector), o cierto

         chtild Albert sobre Muñoz Molina, de Dieter Ingenschay                                                                  fatalismo (Madrid Blues) que todas contribuyen a la cons-

         sobre el impacto del 11-M en la literatura española actual,                                                             trucción de la memoria colectiva. En cuanto al análisis de


         de Susanne Schlünder sobre Trueba, de Dagmar Schmelzer                                                                  Wolfgang Bongers sobre la obra de Monzó, nos recuerda el

         sobre Reig, de Bongers sobre Monzó, de Garvin sobre Fer-                                                                empeño del escritor catalán por reflexionar sobre la banali-

         nández Mallo y de Nagel sobre Cuenca. El caso de la novela                                                              dad de lo cotidiano tal como lo refleja la televisión y la fun-

         de Trueba, analizado por Susanne Schlünder, nos parece pa-                                                              ción “moralista” (335), en el sentido de la tradición gracia-

         radigmático de esta poética mediática: cada uno de los hi-                                                              nesca, de la reflexión mediática en sus cuentos.

         los diegéticos de la novela se configura según un medio (la                                                                 La calidad de los análisis es de alto nivel científico y cabe

         fotografía y la radio para el anciano Leandro, el cine negro                                                            celebrar el esfuerzo de los contribuidores por vincular su re-


         para su hijo asesino, Lorenzo, el celular para su nieta adoles-                                                         flexión a las teorías mcluhanianas (aunque a veces de for-

         cente, Silvia, y, por fin, la prensa amarilla para el novio fut-                                                        ma un poco artificiosa, como en el caso del análisis por otra

         bolista de ésta). Pero el medio no solo tiene una función es-                                                           parte brillante, de la obra de Marías, Mañana en la batalla

         tética, también tiene una dimensión política. Para Mechtild                                                             piensa en mí) o por ofrecer una visión sintética de la obra

         Albert, la ejemplaridad de la obra de Muñoz Molina, Venta-                                                              de la que tratan (obras de Cuenca, Fernández Mallo, Reig

         nas de Manhattan, estriba en que la inmersión en la imagen                                                              en particular). Y es cierto que tras la lectura del volumen,

         siempre se acompaña en ella de una mirada estética y críti-                                                             resulta indudable la influencia de los medios en el trata-


         ca (43). A través de la letra de una canción (“Jueves” de La                                                            miento literario del pasado, ya se trate del legado traumáti-

         oreja de Van Gogh), una obra de teatro (11 miradas de To-                                                               co de la guerra civil y del franquismo (Cercas, Llamazares,

         más Afán Muñoz), una novela gráfica (11-M. La novela grá-                                                               Martínez de Pisón, Muñoz Molina, Riera) o de un pasado

         fica de Gálvez, Guiral, Mundet y González) y tres novelas                                                               más personal que cuestiona una identidad social, cultural,

         (La piedra en el corazón de Luis Mateo Díez, El corrector de                                                            nacional (Díaz-Mas, Marías, Montero, Monzó, Moix, Vi-

         Ricardo Menéndez Salmón y Madrid Blues de Blanca Ries-                                                                  cent). Los ensayos suelen centrarse en una o dos obras, a

         tra), Dieter Ingenshay muestra cómo la ficción/la expresión                                                             veces originales dentro del ámbito académico (Díaz-Mas,

         artística se apropia de un acontecimiento trágico como el                                                               Riera, Reig, Trueba), lo cual es siempre de agradecer. Algu-

         11-M para codificarlo, es decir, darle sentido, al contrario                                                            nos ensayos son realmente muy enriquecedores, como es el


         de un discurso mediático basado en un tratamiento emo-                                                                  caso de la reflexión sobre el cine en la obra de Julio Llama-






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