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Dicha forma nos presenta el principio operante de la emer-  gresivo que se desarrolla paralelamente hacia la ciencia y la

 gencia, cualidad vital de los sistemas complejos, que parece   metafísica; un entretejimiento de la técnica a una metafí-

 ser puesta finalmente al servicio de la cultura.   sica que se expresa en el propio objeto; en definitiva, una

 La pregunta que ha instigado estas páginas: ¿Están pro-  estética al mismo tiempo matérica y mistérica. Como dice

 duciéndose cambios estéticos en la literatura española con-  Basarab Nicolescu, “Niels Bohr tenía razón: el principio de

 temporánea a través de la interacción de la literatura con   complementariedad contradictoria formulada en la física

 la ciencia y la tecnología? Más que cambios estéticos en la   de partículas, tiene un alcance mucho mayor. La prueba de


 literatura, me atrevería a anunciar una transición o desli-  esto—La transdisciplinariedad” (63). La transdisciplinarie-

 zamiento de la literatura, en una acelerada conjunción y   dad sería así el espacio de una nueva cultura hipercompleja

 rearticulación con el paradigma tecnocientífico, hacia la di-  que en su avance técnico no solo no pierde de vista la místi-

 mensión estética, considerada ésta como el nuevo locus de   ca o lo simbólico sino que encuentra en dicha complemen-

 materialización de las nuevas prácticas transdisciplinares.   tariedad contradictoria el único modo posible de evolución.

 Antiguos dualismos (ciencias/humanidades, sujeto/obje-

 to, naturaleza/cultura, virtualidad/actualidad, mito/logos,


 lógica/retórica), se difuminan para dar lugar a un nuevo

 modo de cultura caracterizado por un discurso de genera-

 ción emergente que adquiere la forma de un sistema com-

 plejo y relacional. Agencias y voluntades creadoras (huma-

 nas) se entremezclan y rearticulan con la propia conciencia

 del artefacto resultando en apuestas que problematizan

 cuestiones autoriales, el binomio sujeto-objeto, cuestiones

 de ontología y procesos de materialización. En esta fusión

 y confusión de cuerpos, objetos y contextos, se nos pide la


 recuperación, pero también la renovación de modos de aná-

 lisis materialista y no cartesiano que atiendan al nuevo en-

 tramado biopolítico en el que operan las nuevas ecologías

 literarias, sobre todo en relación a las nuevas tecnologías. El

 resultado son obras que en la mayoría de los casos nos pre-

 sentan el común denominador de la paradoja o el princi-

 pio de la no-contradicción de opuestos: agencias creadoras


 sometidas a la contingencia y al azar; un impulso retropro-






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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