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les ayudan a cuestionar aquellos espacios producidos gracias   rior”, es decir, del cambio de estilo de vida y de valores a ni-

 a la especulación y al marketing de Estado, así como las fan-  vel personal, lo que implica una reevaluación de la relación

 tasías de “modernidad nacional sostenidas por el endeuda-  que mantienen las personas con el tiempo, con el espacio y

 miento público ilimitado”. Por una parte, la autora analiza   con los objetos que las rodean. Por otra parte, frente a quie-

 los diversos mecanismos de farsa y de parodia que se asocian,   nes piensan que este tipo de respuesta solo mejora la situa-

 no solo con la arquitectura posmoderna, sino especialmente   ción particular de quienes recurren a ella —sobre todo en

 con la estética popular y carnavalesca que se produce tanto   la medida en que ciertos individuos y comunidades puedan


 en la calle como en las redes. Por otra parte, Fernández in-  terminar dándole la espalda al resto del mundo victimizado

 cide en la denuncia de la violencia de Estado vinculada a los   por el sistema capitalista—, Beilin cita a autores como Buc-

 procesos de gentrificación, la cual se aprecia especialmente   kminster Fuller, quienes abogan por una estrategia post-re-

 a través del cine popular influenciado por el género negro y   volucionaria de cambio gradual y que consiste en “adue-

 policiaco. Todo ello ayuda a abrir “un nuevo juego de rela-  ñarse de ciertos espacios subrepticiamente, sin combatir

 ciones de posibilidades políticas ante lo visible”.  violentamente por ellos, como las malas yerbas que crecen

 A través de textos primarios y secundarios, y gracias a la   en los monocultivos superándolos poco a poco mientras se


 información recogida mediante diversas entrevistas, Katar-  transforman por dentro adquiriendo resistencia a los pesti-

 zyna Beilin y Miriam Urbano exploran el papel de la “cul-  cidas”. Asimismo, Beilin trae a colación las propuestas del

 tura de la transición” en las economías alternativas. Según   economista Bernard Lietaer, quien apuesta por un “cambio

 las autoras, este proceso de “transición” es típico de aquellas   paulatino del sistema global simultáneamente presionado y

 ciudades que se están preparando para un posible colapso   asistido por las economías locales alternativas”, puesto que,

 sistémico debido al cambio climático y a la carencia de pe-  en el caso de un escenario catastrófico, las economías loca-

 tróleo. En España ya hay más de 40 ciudades de este tipo,   les podrían evitar un colapso total que lleve al apocalipsis.

 unas 200 redes de intercambio, entre 150 y 180 bancos de     Luis Iñaki Prádanos explora algunas de las respuestas

 tiempo y entre 70 y 80 monedas locales. Las autoras con-  culturales a la crisis económica y financiera que se produ-


 sideran que las economías alternativas “se divisan como un   jo después de la Gran Recesión y del 15M. Concretamente,

 laboratorio de estrategias para unos cambios futuros que   analiza algunas de las intervenciones culturales orientadas

 podrían ser de mayor envergadura si el sistema colapsara o   hacia el cuestionamiento de los imaginarios dominantes y

 bien si se abriera a aquellas ideas políticas y ambientales que   antiecológicos promovidos por los grandes medios de co-

 se proponen detener el proceso de la destrucción del pla-  municación, es decir, aquellos imaginarios que ayudan a

 neta”. Como parte del proceso de transición que caracteri-  naturalizar y a promover la lógica capitalista del crecimien-

 za a las economías alternativas, el texto analiza algunas de   to económico constante, a pesar de que dicho crecimiento


 las principales características de la llamada “transición inte-  se muestra incompatible a largo plazo con los límites biofí-






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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