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venciones críticas desarrolladas a partir del año 2007. Todo del Observatorio Metropolitano de Madrid, las prácticas de
ello se hace no solo con el fin de incentivar nuevas formas autoformación (y de politización) de Nociones Comunes,
de colaboración y de participación cultural y política, sino así como los complejos proyectos de colaboración entre los
también con el propósito de entender mejor algunos de los movimientos y las instituciones, entre los cuales destaca la
principales obstáculos y desafíos a los que se enfrentan los Universidad Nómada. Por último, podría decirse que uno
agentes sociales en cada ámbito, así como las limitaciones los principales objetivos del artículo consiste en problema-
estructurales que delimitan y condicionan el campo de ac- tizar la oposición teórica y práctica entre las instituciones y
ción. los movimientos sociales, entre lo instituido y lo instituyen-
En el apartado de investigación académica del presente te, a fin de cuestionar el “horizonte inmodificable de lo ins-
número, los artículos aparecen ordenados atendiendo a la tituido” y reflexionar sobre las posibilidades de cambio so-
progresión lógica del objeto de estudio (y no por orden al- cial, político, cultural e ideológico.
fabético, como en otros números). En el primer artículo, Siguiendo a autores como Rafael Chirbes o Albert
Vicente Rubio Pueyo reflexiona sobre la posibilidad de es- Boadella, Ana Fernández Cebrián retoma la metáfora cer-
tudiar los movimientos sociales, así como su relación con el vantina del “retablo de las maravillas” para aludir al mo-
ámbito cultural, desde una perspectiva interdisciplinaria, a mento en el que súbitamente se devela que la riqueza ge-
fin de proveer un vocabulario alternativo que cuestione al- nerada a través de las políticas neoliberales y especulativas
gunas de las percepciones comúnmente aceptadas dentro durante los años del boom era, en gran medida, una rique-
del campo de los estudios culturales. Concretamente, el au- za ilusoria. Con la llegada de la crisis, la ciudadanía vuelca
tor pone en tela de juicio aquellas concepciones pluralis- su mirada hacia el pasado para entender lo que la ha lleva-
tas y reduccionistas que contemplan los movimientos socia- do hasta la situación presente. Así pues, Fernández Cebrián
les como simples actores adicionales en un escenario social analiza diversas instancias de protesta y de movilización so-
y político fijo y predeterminado, ocupado por gobiernos, cial en la plaza pública (v.gr. las protestas con Cobri, versión
partidos y poderes económicos (o por el Estado, los pode- paródica de la mascota olímpica Cobi, la cual fue generada
res económicos y el “tercer sector”, formado a su vez por las por los grupos anti-desahucios de Madrid para denunciar la
ONG y los movimientos). En definitiva, Rubio Pueyo de- corrupción), así como algunas de las obras de ficción pro-
fiende la necesidad de conceptualizar los movimientos so- ducidas durante los años de la crisis, obras en las que cobra
ciales dentro de un marco histórico y teórico más amplio especial protagonismo la especulación urbanística produci-
de lo habitual y no como meros episodios aislados o ex- da en torno a los grandes eventos de 1992, como la película
traordinarios. A partir de estas premisas, el autor analiza Grupo 7 de Alberto Rodríguez. Según la autora, ambos ti-
cuatro ejemplos a través de su estudio: el área política de pos de intervención contribuyen a convocar memorias de-
la Fundación de los Comunes, la “investigación militante” mocráticas alternativas en los imaginarios sociales, las cua-
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017