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se propone estudiar con un rigor metodológico ejemplar icónicas en la historia de España y que se corresponden, res-
la narrativa viajera en lengua española producida durante pectivamente, a la “Crisis del 98”, al fin de la Guerra Civil y
el siglo XX. Pretende, además, establecer una metodología comienzo de la dictadura de Francisco Franco, y finalmente
eficaz y marcar unas directrices claras para futuros investi- a la transición hacia la democracia en España) no son nece-
gadores. Felizmente, la ambición del autor se aúna con su sariamente significativas para los escritores y el público ge-
inteligencia y su sobresaliente capacidad de trabajo, de ma- neral de países latinoamericanos.
nera que el resultado no desmerece la intención inicial. Igualmente, la proporción de los treinta y ocho viajeros
El estudio comprende un repertorio general original de masculinos frente a los seis femeninos merece un comenta-
más de cuatrocientos textos, de los cuales el autor termina rio. Es bien sabido que el género de los relatos de viajes ha
seleccionando un grupo de obras más reducido pero alta- sido mucho más practicado tradicionalmente por escritores
mente representativo al que dedica estudios monográficos a varones que por mujeres. Las escritoras viajeras han sido,
lo largo de los dos volúmenes de su libro. El criterio de se- hasta épocas recientes, la excepción a la regla, aunque algu-
lección se restringe al viaje factual y excluye textos de viaje nas de ellas hayan sido no solo abanderadas sino pioneras
con un fuerte componente ficcional o ensayístico. Paralela- del género (no en vano, el viaje a tierra Santa de la monja
mente, se propone dar cuenta de la variedad geográfica del gallega Egeria es considerado el primer libro de viaje escrito
mundo hispanohablante, bien como lugar de procedencia por un escritor procedente de la península ibérica). Sin em-
o de destino (aunque en el estudio también se incluyen re- bargo, no es menos cierto que la literatura de viajes escrita
latos de viajes a Asia, África y Oceanía). El autor ofrece una por mujeres en el siglo XX ha experimentado un despegue
combinación de autores ya reconocidos (Camilo José Cela, proporcionalmente mucho mayor que el de los hombres
Rubén Darío, Javier Reverte, Julio Cortázar, etc.) con otros con respecto a siglos anteriores. Peñate Rivero estudia au-
menos conocidos (Pedro Laguna y otros), predominando toras, como Emilia Pardo Bazán o Carmen de Burgos, cuya
los autores españoles (un total de 31) aunque no escasean presencia en el canon es incuestionable, aunque tristemen-
los latinoamericanos (13). te su obra viática no es tan conocida como la calidad de sus
Peñate Rivero establece los límites cronológicos de su es- textos se merecen.
tudio entre 1898 y 2006, y los divide en tres etapas: la pri- Algún lector considerará que los escritores varones espa-
mera comprende desde 1898 hasta 1940; la segunda va de ñoles están sobrerrepresentados con respecto a otros géne-
1941 a 1980 (estas dos etapas se estudian en el primer vo- ros y otras latitudes, sin embargo, no quiero insistir en este
lumen de la obra); y finalmente la tercera etapa, que com- punto. Criticar lo que se dejó de hacer es demasiado fácil y
prende entre 1980 y 2006 (y que se presenta en el segundo por el mero hecho de mencionarlo corro el peligro de dis-
volumen). La única crítica que se puede hacer a este criterio traer la atención sobre las muchas virtudes que tiene el es-
cronológico es que fechas como 1898, 1940 o 1980 (fechas tudio, cosa que de ninguna manera es mi intención. Indu-
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015