Page 222 - Revista1
P. 222
que consiste en simular “representar” (servir) a los electores.
Los prestidigitadores, creadores de ilusión e hipnotizadores
(El Roto 79) desaparecen cuando hay que asumir respon-
sabilidades (El Roto 11). Con sus sombreros, esos magos
pueden recordar en cierta medida la oligarquía financiera
tal como la retrataba un Chumy Chúmez bajo el franquis-
mo. Si el Roto privilegia la metáfora del gran teatro del
11
mundo, Mora privilegia la del cuento popular: cuentos para
amedrentar —unos jóvenes de la periferia de una gran ciu-
dad, sentados alrededor de un fuego según el ritual de mu-
chas sociedades anteriores a la invención de las pantallas, se
cuentan con ironía la historia de terror de la supuesta “ma-
yoría silenciosa” a la que apelan los políticos cuando quie-
ren desoír a la calle [fig. 5]— o cuentos infantiles para gen-
te ingenua, de los que el lectespectador podrá esperar que se
hagan algún día realidad. Por ejemplo, cuenta el abuelo a su
nieta: “algún día el gobierno dejó de hablar de bancos y di-
nero y empezó a preocuparse por las personas” (23/01/12).
Fig. 4, El Roto, 38 El resorte de la ilusión es siempre la manipulación del
lenguaje con un uso retorcido del léxico que El Roto se apli-
El gran teatro/cuento de la democracia ca a traducir (de ahí la multiplicación de frases asertivas con
Circo, teatro, cine, magia: todo es representación y deco- una sintaxis definitoria) así como la utilización inmoderada
rado. En el papel de los protagonistas salen los poderosos, de los nexos lógicos y silogismos falsos que reproduce la jer-
pero la construcción artificial no se hubiera sostenido sin ga de los que quieren eludir responsabilidades:
la complicidad de los figurantes a los que se les pide aún Sepan que hemos llegado a esta situación porque la codi-
más esfuerzos: “El tinglado se desinfla, sigan soplando” (El cia les hizo vivir por encima de sus posibilidades. Luego per-
Roto 25). Lo que revelan los pensamientos de los titirite-
ros es que en nuestras democracias el término “representa-
ción” ya no debe entenderse como “representación política” 11 “La oligarquía financiera es una representación alegórica del capital,
(estar presente por y para) sino en el sentido artístico de si- de su poder omnívoro. Los inquisidores con sombrero de copa o bom-
mulacro. Los políticos desarrollan (representan) un papel bín no sólo actúan torturando y explotando, sino que usan la palabra
como garrote vil” (Llera).
222 223
Revist a de alces XXI Número 1 , 2013