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Habrá que expresarlo con claridad, entonces: el interés                                                                 Estamos señalando unas preocupaciones que cobran todo

         por participar activamente en los asuntos políticos obliga a                                                            su sentido desde una defensa de la politización de la vida

         preguntarse acerca de la organización de la sociedad y del                                                              cotidiana, y sobre todo cuando tal politización se quiere

         funcionamiento de sus esferas de actividad. Tiene sentido,                                                              que sea algo más que un seguir mediáticamente el ruido de

         mal que le pese a Lasalle, cuestionar por activa y por pasi-                                                            la política institucional, o un charlar en un café o en una

         va la política representativa realmente existente. Y al menos                                                           terraza, o un escribir o comprar un libro, o un publicar o

         hay dos factores que indican que el problema es grave, que                                                              leer un artículo. En principio parece razonable, pues, dis-


         no se trata tan sólo de defectos fácilmente subsanables y que                                                           tinguir entre cultura y política aunque sólo sea para desve-

         muy probablemente estamos ante un fallo sistémico:                                                                      lar posturas que encierran bajo la identificación de ambas


                i. La representación política actual, lejos de entenderse                                                        esferas un entendimiento especialmente pobre de aquello

                    como un mandato del soberano, constituye una au-                                                             en que consisten. Diría aún más, si se pretende intervenir

                    téntica alienación de la soberanía.                                                                          culturalmente en la sociedad y se quiere que la intervención
                                                                               21

                ii. La esfera política está colonizada por motivos y asun-                                                       tenga alcance político, lo primero que se debe hacer, para
                                                                                                                                 evitar confusiones de todo tipo, es esclarecer de qué con-
                    tos concernientes a la representación cultural media-                                                        cepción de la política se parte. Por lo demás, más allá de los

                    tizada, de forma que es más correcto hablar de políti-                                                       motivos prácticos que podamos aducir para abogar por una

                    ca ficción que de política stricto sensu.                                                                    distinción entre cultura y política, hay una realidad histó-
                                                                                      22


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         vica. Los demócratas han visto en el discurso liberal no más que la más-
         cara de una nueva aristocracia, aún más perniciosa porque alardea de un                                                 acoplamiento o desvinculación de la representación política

         fundamento universalista que de alguna manera siempre ha tendido a                                                      respecto de la representación cultural cuando la sociedad de
         mantener los patrones de jerarquía existentes. Por ello, el liberalismo y                                               corte deja paso a la sociedad de mercado.
         la democracia siempre han estado enfrentados, y de hecho promovien-

         do tendencias altamente divergentes”). Oportuno traer a colación otro
         comentario de Cebrián recogido en el artículo de Jiménez Barca, aho-                                                        * * *

         ra sobre la proliferación de emisores en Internet: “Este populismo de la                                                    2. ‘Sociedad de corte’ y ‘sociedad de mercado’ son etique-
         información que ha traído Internet es posible que sea más democrático,                                                  tas que Norbert Elias y Karl Polanyi usaron respectivamen-
         pero amenaza el sueño platónico de que gobiernen los mejores.”


         21  Para este y otros aspectos se aconseja una lectura de las intervenciones                                            te para denotar los dos tipos de sociedad predominantes en
         en defensa del republicanismo democrático de la antigüedad. Un buen                                                     la fase moderna de la historia occidental. Y aunque creo que
         punto de partida puede ser el libro coordinado por María Julia Berto-

         meu, Antoni Domènech y Andrés de Francisco recogido en la bibliogra-                                                    turalismo estrecho que el propio autor socava al describir las acciones
         fía.                                                                                                                    del 15-M, que fueron ejemplo claro de repolitización de la cotidianei-


         22  Para una defensa, sin ironía, de la ficción en la política, consultar el                                            dad: reclamar con los cuerpos un espacio público y promover a viva voz
         artículo de Amador Fernández-Savater. Se trata de una muestra de cul-                                                   una nueva esfera pública.





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                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  1 , 2013
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