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ta tendría que implementarse en los márgenes establecidos   cumpla? Es más, ¿qué papel juegan en todas estas elucubra-

 por unas instituciones democráticas que ofrezcan el máxi-  ciones el capitalismo neoliberal y sus poderes fácticos, hoy

 mo acceso a la información, el debate y la toma de decisio-  hegemónicos? ¿Deberíamos esperar algún tipo de resisten-

 nes (61).          cia por parte de éstos? Y si es así, ¿cómo reaccionar ante una

 Las propuestas de Weiss y Blackburn buscan mejorar las   reacción represiva? En conclusión, Weiss y Blackburn di-

 condiciones de existencia de poblaciones desfavorecidas e   bujan sobre la arena un esbozo reformador sin tan siquiera

 imponer unos límites a prácticas capitalistas que han tenido   mencionar las primeras olas. Como ejercicio de especula-


 consecuencias desoladoras. Uno no puede sino sentir sim-  ción ética resulta muy estimulante, pero como faena poten-

 patía por unos programas que, de poder instaurarse, darían   cialmente política no pasa de una declaración de intencio-

 pie a una etapa histórica más equitativa y menos turbulen-  nes bastante innocua.

 ta. Por otra parte, esta simpatía no debe obnubilarnos por-  En segundo lugar, estos dos autores esperan una reemer-

 que estas reformas (insisto, loables) dejan en el aire cuestio-  gencia del capitalismo imperante mutatis mutandis desde la

 nes que, al no ser afrontadas, reducen dichos proyectos a   Segunda Guerra Mundial hasta los años 60. Ambos respe-

 actos de buena voluntad, cuando no a homilías para inicia-  tan el tablero básico del capital pero persiguen modificacio-


 dos. La primera de estas cuestiones es que ni Weiss ni Blac-  nes que reduzcan los aspectos más recalcitrantes de su ver-

 kburn explican cómo se realizarían sus ideas y, en concreto,   sión neoliberal. En estos ensayos hay un fondo nostálgico,

 desde qué instancias administrativas y con qué poder polí-  un efecto retrospectivo, que mira al pasado para imaginar

 tico. Por ejemplo, Weiss pide un sistema de normas e ins-  un futuro capitalista más equilibrado. No cuestiono aquí el

 tituciones que articule un estilo más cercano y democráti-  ejercicio de nostalgia per se, del que a menudo se puede ex-

 co para las relaciones entre sociedad y estado, y que además   traer no poca inspiración política, sino el voluntarismo de

 fiscalice el tránsito transcontinental de capitales. ¿Qué tipo   este caso concreto. Se olvida, como narran Manfred Steger

 de organismo y pautas tiene en mente Weiss? ¿Es un siste-  y Ravi Roy (21-75) y James Fulcher (104-128), que el paso

 ma democrático más o menos directo, con un modelo de   de un capitalismo con estado del bienestar y controles fi-


 representación más flexible? ¿Apunta Weiss a un suplemen-  nancieros a otra clase de capitalismo no nace de decisiones

 to participativo al parlamentarismo liberal? ¿Se está refirien-  arbitrarias, sino de las contradicciones e impedimentos en

 do a una nueva cultura social en la que germinen nuevos va-  ese primer período económico. La relación entre ambas fa-

 lores mayoritarios? ¿Cómo y quién confecciona esta nueva   ses no es aleatoria sino sistémica. Un capitalismo es el “re-

 cultura? ¿Qué cuerpo político va a prescribir, en el plantea-  sultado de” y la “respuesta a” las deficiencias del anterior.

 miento de Blackburn, un sueldo mínimo en los seis conti-  Este grado de interdependencia e incluso causalidad entre

 nentes? ¿Qué instancia judicial tiene atribuciones suficien-  ambos modelos es ignorado cuando se introduce subrepti-


 tes para vigilar su cumplimiento? ¿Qué hacer cuando no se   ciamente la noción de una vuelta atrás, de un capitalismo






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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