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llo reflexiona acerca de estas cuestiones en numerosos post un particular viaje por un barrio residencial de Nueva Jersey
de su blog. Una disertación interesantísima acerca de este pa- en busca de los monumentos de la zona ha sido suplan tado
radigma del simulacro que es la ciudad de Las Vegas puede por un recorrido a través del mapa del lugar que encontra-
encontrarse en la sección USA Travel del blog del autor, El mos en Google Maps: de nuevo la pérdida de la realidad, en
hombre que salió de la tarta. Concretamente esto es lo que este caso del territorio, al haber sido suplantada por su simu-
allí se dice acerca del Hotel Venecia, uno de los más popula- lacro, el mapa. En el texto titulado “Paradiso, XXXI, 108”
res y visitados de Las Vegas: reflexiona asimismo acerca de los aeropuertos, encarnaciones
por excelencia del concepto de no lugar en el mundo con-
temporáneo (Fernández Mallo, El hacedor 106-112). Muy
De todos los simulacros, sin duda el que se lleva la palma, no
por sobredimensión pero sí por realidad realmente virtual, es interesante resulta también el relato titulado “Las uñas” (18-
Venecia. Para construirla trajeron a los mejores artesanos ita- 21), donde se narra el extravío de una actriz por el escenario
lianos, los mejores pintores de frescos, los mejores arquitec- de la película que va a rodar:
tos, los mejores especialistas en luz e ilusión visual. Afuera es
de noche, entras, pasas el casino, pasas la recepción del hotel, [Kate] echa a andar hacia la casa que serviría de escenario
entras en los canales con gondoleros, y te encuentras un cielo principal de la película y que estaba semicubierta por gran-
falso tan conseguido que es real. Las nubes, pintadas, parecen des lonas y tenía sus luces totalmente apagadas. Fue así como
moverse al tiempo que caminas, el suelo está un poco mojado, llegó a internarse en sus habitaciones y pasillos, guiada por la
la sensación es de que acaba de llover y se está despejando, los penumbra de unas luces de emergencia que decían EXIT, has-
visitantes hacemos de perfectos figurantes. Llegas a la plaza de ta que la puerta trasera de la cocina la llevó, también en pe-
San Marcos, están los chiringuitos, el olor típico de esa plaza. numbra, a un campo de césped falso y unos cielos azules dibu-
Si en el resto de Las Vegas las sensaciones son más que nada jados, y a una estanque con una caseta de jardín, cuya puerta
visuales, en Venecia es algo totalmente físico, te parece haber abrió para pasar a un plató donde se extendía la calle sin luz
rasgado un decorado y haber entrado en otra dimensión con de un pueblo casi francés, y entró en una panadería de esa ca-
todos los órganos del cuerpo. El efecto es tan brutal que casi lle y se dirigió a tientas a la parte de atrás, para acceder a la
marea. (7) entrada del edificio Rockefeller Center, exactamente recons-
truida, y atravesó el portal y entró en el ascensor y apretó el
Asimismo el tema reaparece de nuevo y, aun con mayor in- botón del número 33, y el cubículo ascendió pocos metros,
terés, en su último libro, El hacedor (de Borges). Remake ella diría que 3 antes de detenerse, y abrió la puerta para ha-
(2011). De este recomiendo especialmente, en relación con llar un decorado que la llevaría a otro, y ese a otro, y así a una
los temas que estamos tratando, el texto titulado “Muta- sucesión como ocurre con las uñas, cuyo recorte engendra una
ciones” (Fernández Mallo, El hacedor 58-99), donde el asun- siguiente más creíble y más oscura, más real y poderosa, has-
to del simulacro es planteado de forma realmente original: ta que llegó a una playa a oscuras, con su agua sólida ganada
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012