Page 283 - Revista0
P. 283

sible); el relato (Siete parejas y un solitario, o como ahora, ya   ción, más bien unos parterres con tristes rosas cubiertas de

 después de Biografía impura, los relatos engarzados de La so-  polvo ¡qué melancólicos los jardines de las estaciones pro­

 ledad del azar); el libro de investigación histórica (La Huel-  vinciales...! Ahí, en ese instante, surgió ese poema. Corté

 va británica)... Y de repente, casi sin darme cuenta, han pasa­  un esqueje y, al llegar a casa, lo planté. Agarró. Creo que no

 do nada más y nada menos que once años ¡once! sin publicar   hace falta explicar más, cualquier lector sabrá ya de qué ha­

 un libro de poesía. Y es que tampoco quería yo enfrentar en   blo.

 una librería a la novela con la poesía. Es fácil suponer cuál es   Los otros apartados del volumen también responden a


 la Cenicienta, quién acabaría en el rincón oscuro.  vida vivida y metamorfoseada en palabra, porque en este li­

 Ars Vivendi se titula el poema que, como atrio, como   bro la palabra “biografía” del título no traiciona su acepción.

 pórtico, abre el libro:  Pero, cuidado, está, por supuesto, la metamorfosis literaria y

         hasta me atrevo a decir la transubstanciación poética. Acaso

 Ars Vivendi  más que un recorrido por la vida, esta biografía es profun­

         da inmersión, ahondamiento abisal en ella. Biografía impura
 Partir solo,
         asume ese riesgo con el vértigo de su desnudez. Aunque tal

 llegar solo.  desnudamiento es para mí entrega. Entrega a la Pasión y la



 Y en el trayecto nadie.  Armonía. Treinta años después de la publicación de mi pri­
         mer libro de poemas, veo y compruebo que Pasión y Armo­

         nía son ejes de mi escritura, me siento como un funambu­
 Eso ha sido tu vida.
         lista que camina descalzo y con ojos abiertos en la planta de

         los pies sobre un altísimo cable electrizado y tendido en el


 Pero siempre  vacío: en un extremo de su pértiga, Pasión; en el otro, Armo­
         nía. A esto se suma, y no después ni siquiera de inmediato,
 con una flor abierta en la solapa.  sino a la par, formando parte de su misma sus tancia, el Mis­



         terio. El soplo que trasciende. Un ala, un vuelo que eleva a

 Recuerdo perfectamente cómo, de qué, por qué surgió.   la raíz de la tierra. Pasión, Armonía y su puente es Misterio.

 Viajo mucho y hay temporadas en las que paso más tiempo   Con equilibrio y sin censura, es lo que intento dar al lector y,

 en aviones, trenes, coches, que en casa, acabo no estando se­  como la relación con los lectores de poesía es el más mágico

 guro de en dónde despierto..., una mañana, al alba, me en­  y pleno vaso comunicante, sé que también recibiré verdad.


 contraba con mi maleta en el andén de una ciudad de pro­  Si una declaración, Ars Vivendi, abre el libro, otra, Un

 vincias esperando el silbido del tren. Ningún viajero más,   po e ta duerme sobre la colcha de boda, la cierra. Con él conclu­

 solo en el andén vacío. Había un pequeño jardín en la esta­  yo estas líneas, pues creo que ambos son una pequeña pero






 282                                                                                                          283
 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
   278   279   280   281   282   283   284   285   286   287   288