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sible); el relato (Siete parejas y un solitario, o como ahora, ya                                                       ción, más bien unos parterres con tristes rosas cubiertas de

         después de Biografía impura, los relatos engarzados de La so-                                                           polvo ¡qué melancólicos los jardines de las estaciones pro­

         ledad del azar); el libro de investigación histórica (La Huel-                                                          vinciales...! Ahí, en ese instante, surgió ese poema. Corté

         va británica)... Y de repente, casi sin darme cuenta, han pasa­                                                         un esqueje y, al llegar a casa, lo planté. Agarró. Creo que no

         do nada más y nada menos que once años ¡once! sin publicar                                                              hace falta explicar más, cualquier lector sabrá ya de qué ha­

         un libro de poesía. Y es que tampoco quería yo enfrentar en                                                             blo.

         una librería a la novela con la poesía. Es fácil suponer cuál es                                                               Los otros apartados del volumen también responden a


         la Cenicienta, quién acabaría en el rincón oscuro.                                                                      vida vivida y metamorfoseada en palabra, porque en este li­

                Ars Vivendi se titula el poema que, como atrio, como                                                             bro la palabra “biografía” del título no traiciona su acepción.

         pórtico, abre el libro:                                                                                                 Pero, cuidado, está, por supuesto, la metamorfosis literaria y

                                                                                                                                 hasta me atrevo a decir la transubstanciación poética. Acaso

                Ars Vivendi                                                                                                      más que un recorrido por la vida, esta biografía es profun­

                                                                                                                                 da inmersión, ahondamiento abisal en ella. Biografía impura
                Partir solo,
                                                                                                                                 asume ese riesgo con el vértigo de su desnudez. Aunque tal

                llegar solo.                                                                                                     desnudamiento es para mí entrega. Entrega a la Pasión y la



                Y en el trayecto nadie.                                                                                          Armonía. Treinta años después de la publicación de mi pri­
                                                                                                                                 mer libro de poemas, veo y compruebo que Pasión y Armo­

                                                                                                                                 nía son ejes de mi escritura, me siento como un funambu­
                Eso ha sido tu vida.
                                                                                                                                 lista que camina descalzo y con ojos abiertos en la planta de

                                                                                                                                 los pies sobre un altísimo cable electrizado y tendido en el


                Pero siempre                                                                                                     vacío: en un extremo de su pértiga, Pasión; en el otro, Armo­
                                                                                                                                 nía. A esto se suma, y no después ni siquiera de inmediato,
                con una flor abierta en la solapa.                                                                               sino a la par, formando parte de su misma sus tancia, el Mis­



                                                                                                                                 terio. El soplo que trasciende. Un ala, un vuelo que eleva a

                Recuerdo perfectamente cómo, de qué, por qué surgió.                                                             la raíz de la tierra. Pasión, Armonía y su puente es Misterio.

         Viajo mucho y hay temporadas en las que paso más tiempo                                                                 Con equilibrio y sin censura, es lo que intento dar al lector y,

         en aviones, trenes, coches, que en casa, acabo no estando se­                                                           como la relación con los lectores de poesía es el más mágico

         guro de en dónde despierto..., una mañana, al alba, me en­                                                              y pleno vaso comunicante, sé que también recibiré verdad.


         contraba con mi maleta en el andén de una ciudad de pro­                                                                       Si una declaración, Ars Vivendi, abre el libro, otra, Un

         vincias esperando el silbido del tren. Ningún viajero más,                                                              po e ta duerme sobre la colcha de boda, la cierra. Con él conclu­

         solo en el andén vacío. Había un pequeño jardín en la esta­                                                             yo estas líneas, pues creo que ambos son una pequeña pero






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                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  0 , 2012
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