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gran medida al hecho de que los partidos políticos estaban   coaptan  una  cultura  urbana  extremadamente  hedo-

 ilegalizados —aunque tenían vida clandestina, en particular   nista —que, por la mayor parte, está exclusivamente


 el P.C.E.— y predominaban los movimientos sociales.   interesada en asuntos de carácter personal: deseo, pla-

 Cuando el desencanto aparece en la segunda fase, la razón   cer, las artes, el diseño, etc.— y se genera la movida.
 básica la podemos localizar en la destrucción de los movi-

 mientos sociales de base. La legalización de los partidos polí-  En pocas palabras, la Transición se hace al tiempo que se

 ticos y, en particular, del P.C.E. creó una nueva situación que   desmorona un movimiento político que creía en la idea de


 podemos caracterizar de la siguiente manera: los partidos   la democracia como participación. El resultado final de este

 políticos usan las energías de los movimientos sociales para   proceso histórico fue la normalización y la sincronicidad;

 integrarse en el nuevo marco institucional y poder, así, parti-  esto es, la consolidación en España de una situación política

 cipar en el juego político. Estas energías fueron posterior-  similar a la sufrida desde años antes por los ciudadanos de

 mente bloqueadas por los mismos partidos políticos una vez   los países supuestamente más avanzados.

 toman conciencia de que los movimientos sociales tienen la   Se puede aventurar, por tanto, que el desencanto pro-

 capacidad de desestabilizar el nuevo marco institucional. Por   gramado fue resultado de un acuerdo alcanzado por las éli-


 esta razón, cuando hablamos de desencanto la mejor manera   tes con el objetivo de controlar el proceso político desde

 de hacerlo es en términos de un desencanto programado.  arriba (Alonso 92). De esta manera, ese supuesto pacto del

 En fin, creo que ahora estamos en mejor disposición de   olvido al que me refería antes, sería más adecuado entender-

 entender la relación entre desencanto y movida cultural. Vea-  lo como un discurso del silencio impuesto por los grupos di-

 mos:    rigentes mediante la presión de las instituciones públicas y

         los medios de comunicación privados. Ahora bien, creo que

 i. Entre 1975 y 1977 todos los partidos políticos ilegales  la mejor manera de entender la intervención de estas insti-

 quedan integrados en un nuevo marco político.  tuciones durante la Transición es en términos de una coap-

 ii. Para solidificar su posición institucional, los partidos  tación de procesos sociales en desarrollo; quiero decir, una


 políticos de la izquierda neutralizan las energías sub-  coaptación de fenómenos espontáneos derivados de la pro-

 versivas de los movimientos sociales.  pia dinámica social del periodo. Estos procesos sociales, le-

 iii. Las instituciones del estado (pero, sobre todo, las que  jos de ser contrahegemónicos —caso de la movida, en opi-

 quedan en manos de la izquierda a partir de 1979)   nión  de  algunos  autores—  fueron,  de  hecho,  producidos

         como hegemónicos gracias a la intervención de los poderes

         públicos y medios de comunicación. Por decirlo a la mane-

 movilización política de la gente, posiblemente la mayor en la Europa de   ra de Eduardo Subirats, la implantación hegemónica de la
 esos años.
         movida puso en circulación una modernidad española di-






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