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Seminarios 2024

Lo rural: entre idealización reconfortante e insubordinación al capitalismo

By junio 1, 2023No Comments

En la última década, la categoría de lo rural ha adquirido una importancia crítica en los debates estéticos, pero también políticos, medioambientales y socioeconómicos de la Península Ibérica de los siglos XX y XXI. Lo rural se ha convertido en un marco expansivo que abarca una amplia gama de imaginarios relacionados con el lugar de la comunidad, la historia y el capitalismo. Las representaciones abarcan desde las nostálgicas y romantizadas recreaciones costumbristas de un lugar distinto al urbano, sobre el que se proyectan ideas de autenticidad e inmediatez con la naturaleza (que paradójicamente resultan en la reinserción del binario naturaleza/sociedad que pretenden criticar); a lo rural como una forma de vida económica históricamente marcada, cuyas relaciones sociales no se subsumieron plenamente al capital (como sí tendemos a pensar que lo ha sido la vida urbana); esto último debido a que la vida en el campo requiere depender principalmente de la supervivencia —como John Berger ha referido en su introducción a Into Their Labours. Desde una perspectiva marxista feminista, la supervivencia pertenecería al orden de la reproducción social en el sentido de que prevalece un régimen económico de valor de uso sobre el valor de cambio. Aunque depende de un mercado agrícola, el trabajo del campo enfocado, en parte, en la producción de los propios medios de subsistencia no ha permitido una alienación laboral completa. La pregunta que esto plantea es si el trabajo de la reproducción social tiene algo inherentemente insubordinable al capital, o si es su forma histórica la que lo ha mantenido parcialmente por fuera.

En el contexto de España, el mayor éxodo del campo a las ciudades se produjo desde finales de los años 50 hasta finales de los años 70 como consecuencia de la adopción de un modelo capitalista de acumulación y expansión con el giro tecnócrata y el Plan Estabilización Nacional (1959) bajo el franquismo, que transformó radicalmente la economía política del país y su cultura que comportó, asimismo, una colonización y un casi desmantelamiento del mundo rural y sus formas de vida, secundarias al paradigma del progreso eminentemente industrial y urbano del régimen. La reemergencia de lo rural en la producción cultural, pero también en el activismo político, en la España postindustrial no puede sino concebirse como un anhelo por comprender la trayectoria que nos condujo a esta coyuntura actual, marcada ahora por la protección descarada del capital privado y por unas tasas de desempleo endémicas, que han llevado a la justificación engañosa y a la naturalización de unas condiciones laborales precarias. En este sentido, algunos conciben lo rural como un punto anterior al capitalismo en el que, si lo retomamos, habría la posibilidad abierta, la promesa, de otra vía posible que está por explorar y construir.

Todo ello genera una construcción de lo rural con múltiples representaciones, producidas desde dentro y desde fuera del mundo rural, en permanente tensión. Por un lado, un anhelo en lo que podemos denominar representaciones idealizadas de lo rural que contribuyen a atribuirle una naturaleza mítica, en lugar de histórica. La forma en que este carácter mítico circula y se manifiesta, tanto en la cultura urbana como en la literatura y el cine, es en la noción y el papel que adquiere la aldea, el pueblo, como lugar casi genérico compartido por todas las clases sociales. Como símbolo homogeneizador que nivela las diferentes experiencias de clase de la desigualdad en la ciudad, la imaginada experiencia compartida del pueblo —cubriendo la desigualdad y el conflicto entre terratenientes y campesinos— proporciona un sentido de comunidad que se sentiría como perdido en el anonimato de la vida urbana. Sin embargo, en el retorno estético y político a lo rural como forma de vida aún no subsumida que se sitúa en el umbral de una transformación dentro del capitalismo hacia una organización fordista del trabajo y la sociedad (subsunción real), también podemos captar una intención de repensar lo rural como ancla histórica desde la que construir una alternativa anticapitalista. En otras palabras, el borrado de la distinción de clases que el pueblo mítico compartido trata de imponer queda poéticamente desplazado y desactivado por lo rural tal y como se trata en estas representaciones culturales. En este sentido, lo rural opera como una categoría de crítica materialista dentro del capitalismo tardío que devuelve el campo y sus aldeas a la historia para poner en primer plano cómo existen formas de vida adyacentes a la ciudad que pueden guiarnos de vuelta a un modelo de relaciones sociales basado en el bien común y su subsistencia. Un modelo que, por otro lado, sigue perviviendo de forma más o menos remanente, en ciertos espacios periféricos rururbanos de la España vaciada, ya sea por su condición de excentricidad urbana como por iniciativas concretas que tratan de forzar este afuera y reactualizarlo, obligándonos a desplazar el debate más allá de la representación y lo rural como objeto de estudio y análisis académico.

Al mismo tiempo el mito, la leyenda, el cuento popular, y en general la ficción, son formas de construir sentido que históricamente las culturas campesinas han cultivado, y que a menudo les han ayudado a resistirse a la colonización interna capitalista. Ésta ha estigmatizado constantemente sus saberes y formas de vida , en nombre del «progreso» y la «ciencia», es decir, en nombre de una concepción lineal de la historia, apoyada en una epistemología positivista y en una cultura de «expertos» e «intelectuales» individualista y jerárquica. Por todo ello, no es de extrañar que esos esfuerzos por buscar alternativas al capitalismo en lo rural que nos interesa estudiar, a menudo —con mayor o menor fortuna—rescaten formas de construir sentido «populares,» en las que la ficción, las formas de transmisión tradicionales y la participación de cualquiera son herramientas fundamentales.

Dinámica y podcast:

El seminario se organizará de manera que nos reuniremos durante dos sesiones virtuales que dedicaremos a la discusión en base a una breve lista de materiales, antes del encuentro en Santiago de Compostela. El objetivo de estos encuentros previos será el de generar un contexto común que nos ayude a entrar más rápidamente a la discusión una vez nos reunamos en persona. Antes de Santiago, pediremos que cada participante comparta un breve texto de unas 5-8 páginas en las que se tendrá la oportunidad para explorar algún problema en particular relacionado con el seminario, analizar algún objeto cultural, o un texto de escritura más libre (narrativa, poesía, o ensayo) para que podamos leernos unos a otros. Una vez en Santiago, dedicaremos el primer día a determinar algunas de las líneas de discusión que interesan al grupo. En los dos últimos días, grabaremos la discusión con el objetivo de que forme parte de un podcast que estamos preparando sobre lo rural. Los participantes consienten que las sesiones se graben con audio y se emitan como parte del programa.

 


Organizadorxs:

Katryn Evinson

Luis Moreno-Caballud

Alba Solà García

Ana Sánchez-Acevedo

 

Santiago de Compostela, 17-19 julio 2024

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