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deja en cándidos aprendices de filibusteros a aquellos que Paz y otro de los Estudiantes, motivos, alegatos socio-polí-
gritaron primero ‘que no eran marionetas en manos de po- ticos, tono) nítido antecedente de El mundo es nuestro. En
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líticos o banqueros’ y después que ‘se aprestaban a asaltar ambos casos, nuestros indignados aprendices de atracadores
los cielos’ porque los políticos ‘no nos representan’. No es llegan a compartir atuendo para sus respectivos ‘palos’: el
casualidad que buena parte del arsenal ideológico y el en- primero, una especie de tirón de bolso inverso, hecho a pie
nui social que acababa de eclosionar en el movimiento co- y a un coche que se detiene fuera del encuadre visual, pero
nocido como 15-M encuentre perfecto acomodo en la cin- no así del auditivo; en el segundo, un muy singular atraco
ta. (Convendría no olvidar que en Sol también hubo lugar a mano armada a un banco que se ve de repente torpedea-
para el humor, como nos recuerda esta frase identificativa do por la aparición de un suicida (pecho cubierto de bom-
del 15-M: ‘Si vienen los policías, sacad las uvas y disimu- bas, detonador en la mano) cuyo único objetivo es dar a
lad.’) Lo hace compartiendo una indignación que, al mi- conocer por televisión cómo sus problemas laborales, acu-
rarse en el espejo de la realidad, se disecciona en las pan- ciados en particular por los impagos de la Junta de Anda-
tallas dando amplio acomodo al espíritu reivindicativo del lucía, le fuerzan a cerrar su empresa y, consecuentemente, a
joven movimiento social. Con todo, el desvanecimiento de despedir a unos empleados que solo “han trabajado como
la clase obrera que veíamos en la obra de León de Aranoa esclavos todas sus vidas”. Mientras tanto, como denuncian
da paso en El mundo es nuestro al ninguneo a una no clase nuestros protagonistas, las instituciones bancarias rechazan
que ya ni siquiera es obrera, una chusma ‘ni-ni’ barriobaje- dar la mano a aquellos (empresarios, pero también trabaja-
ra de la que ‘er Cabesa y er Culebra’ son gastadores, ladro- dores) que tanto hicieron por lucrar a esos mismos bancos
nes de poca monta, aprendices de un ‘oficio’ peligroso, pero en cercanas épocas de bonanza. Surge de aquí el lema que
de indiscutible tirón mediático. Digo esto porque el atraco mueve a nuestros protagonistas: “ante el terrorismo finan-
bajo disfraz nazareno que configura el guion de El mundo ciero, expropiación bancaria”.
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es nuestro es trasunto del robo a un restaurante acontecido
durante la Semana Santa del año 2009. Y lo digo también 5
Del mismo modo, cabría decir que la aparición de Rafi y Fali en “Eso
porque este robo, real, emulaba a su vez al que er Cabesa y es así” anticipaba no solo el desarrollo ulterior de estos otros ‘alter-egos’
er Culebra perpetraban en 2008 en el primero de sus cortos (los señoritos del quiero y no puedo) en cortos como “El verano de los
(“Esto ya no es lo que era”). Casos verídicos todos, como tal compadres” (2009) y “Estamos avíos” (2011), sino también en el primer
vez apuntillaría Paco Gandía: ficción, realidad, ficción. Di- largo plenamente “profesional” que acometerían Sánchez y López, “El
mundo es suyo” (2018).
fícil saber a veces quién imita a quién.
El caso es que “Esto ya no es lo que era” es, en todos los 6 Hasta aquí, la correlación corto-largo es evidente, aunque una notoria
sentidos (los referidos ‘cofrades’ protagonistas, uno de La diferencia surge cuando consideramos la perspectiva agente entre am-
bas producciones, sin importar que la misma singularice a ninguna par-
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024