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que la escritura epistolar es el resultado de aquello que so- nero también se refleja en sus cartas dirigidas a José Luis
lamente pudo decirse a una determinada persona y en una Cano y Juan Ruiz Peña junto con las visitas de Eliot, Dá-
determinada situación, pero también comprobamos que la maso Alonso y su esposa Eulalia, y las reuniones con otros
intimidad revela lo que oculta la historia y que las cartas hispanistas como Allison Peers y Edward Wilson. También,
pueden ser también un umbral del texto” (15). por epistolarios selectos, Huerta intenta clarificar “algunos
Los 15 capítulos que siguen la introducción son estudios puntos oscuros” de la relación entre Panero y el poeta espa-
de 16 investigadores diferentes, incluso los mismos editores, ñol Luis Cernuda.
e incluyen cartas selectas de escritores destacados de la épo- José Antonio Llera examina “la correspondencia inédita
ca con sus amigos y otras personalidades notables. El pri- de Dámaso Alonso” en el tercer capítulo, y comienza con
mer capítulo, “Una alegría en voz alta” de Luce López-Ba- una cita de Alonso en una carta fechada en junio de 1952,
ralt, estudia la correspondencia entre la propia López-Baralt cuando el poeta expresa su frustración con su propio per-
y “Don” Jorge Guillén que se inició en 1964 después de que fil: “en lo internacional resulto un fachista asqueroso, y en
ella escuchó el curso “Poesía de la Generación Española de lo nacional un rojo indeseable. ¡Está uno divertido!” (91).
1920-1936” por el propio poeta en la Universidad de Puer- Al subrayar citas selectas de la correspondencia de Alonso y
to Rico; las cartas siguen hasta 1982 y solo unos meses an- otros textos inéditos suyos, Llera intenta aclarar el perfil ne-
tes del fallecimiento de Guillén. Se puede concluir que la buloso que representan la identidad y la filosofía de Alonso
amistad entre los dos probablemente culminó con el recital en la España de la posguerra, junto con la lucha del poeta
del poeta de su “décima” en la boda de Dulce en 1972. contra las percepciones del público y su “repulsa a caer en
El segundo capítulo, “El epistolario inglés de Leopoldo dogmatismos propios de los discursos propagandísticos, así
Panero” por Javier Huerta Calvo, estudia las cartas del poe- como la lealtad hacia sus amigos de exilio” (109).
ta durante sus estancias en el Reino Unido: el primero como Al reducir aún más la selección de correspondencia es-
estudiante (1933 y 1935-1936), y luego como director del tudiada, en el cuarto capítulo Julio E. Checa Puerta y Alba
Instituto Español en Londres (1946-47). Según Huerta, tal Gómez García destacan una sola “carta inédita” que el es-
enfoque permite un estudio minucioso de un período im- critor y poeta español Gregorio Martínez Sierra escribió du-
portante de la “formación humana y literaria” de Panero rante su exilio en Juan-Les-Pins, Francia, y que dirigió a su
(60). Por ejemplo, en 1936 Panero disfrutó una visita de hija e hijastro el 12 de julio de 1938 para aclarar los pun-
Miguel de Unamuno, conoció a T.S. Eliot y tuvo contacto tos de vista que él y su compañera, la actriz Catalina Bárce-
con hispanistas notables de la época, como Alexander Par- na, mantenían en cuanto a la España de Franco. Similar a
ker. Más tarde, y durante su tiempo como director del Ins- la inquietud de Guillén en el tercer capítulo sobre la inter-
tituto Español, la riqueza cultural de los encuentros de Pa- pretación de los demás en cuanto a su propia identidad en
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Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024