Page 78 - Revista5
P. 78
supone una implicación mayor de los padres en su crianza, necesarias para realizar el trabajo como principales cuida-
sino un alejamiento y una clara forma de compromiso con doras. Su papel como madres, además, se traslada no solo
el cuidado emocional de los mismos. a sus propios hijos, sino a otros pacientes del hospital. En
Por el contrario, la dedicación absoluta de las madres a varias de las escenas vemos que Natalia —madre ex-adic-
sus hijos está relacionada con los diagnósticos de enferme- ta, quien al comienzo no se habla con sus padres, pide con-
dad de estos. Así lo vemos en los casos de Carmen, Luisa y sejo a las otras madres y estas se comportan con ella como
Marián con sus hijos con cáncer, en coma y con un trastor- si se tratara de una hija—. En gestos que podemos enten-
no alimenticio respectivamente. En los tres casos la relacio- der como “típicamente maternales”, Luisa le ata los zapatos
nes con sus madres previas a la enfermedad son conflictivas cuando su embarazo está ya avanzado, Marián le acaricia el
y es el diagnóstico de enfermedad el que refuerza los víncu- pelo para tranquilizarla o Mila se sienta simplemente a su
los entre madres e hijos. En la relación entre Duna y Car- lado para confortarla. En varias de estas escenas, la luz ilu-
men las discusiones son constantes y la hija se dirige a ella mina a Natalia, normalmente situándola en un plano supe-
utilizando expresiones de mala educación como “no me da rior y ensalzándola, destacando también su papel como ma-
la gana”, “¿a que jode?” Pero a raíz de la actitud de su hija en dre sacrificial. Natalia realizará el mayor sacrificio de todos
el hospital su madre se conciencia de que lo importante no de forma consciente cuando sigue adelante con un embara-
es su trabajo en la empresa, sino su labor como madre (ca- zo que pone su vida en riesgo: morir para que su hija viva.
pítulo 12) y de que los fallos en la educación de su hija son No es extraño encontrarse con madres heridas o en procesos
producto de su fracaso como cuidadora. En este sentido, al de hospitalización en el cine y los medios de comunicación
recaer la culpa una vez más en las madres y al tratar estas de mainstream, como en las películas Ma Ma (2015) de Julio
enmendar sus comportamientos de malas madres, la serie Medem y Los insólitos peces gato (2013) de Claudia Llora,
demuestra de nuevo su fin moralizante: el comportamiento y que “los cuerpos doloridos de las mujeres sean los exhibi-
errático de los hijos es el producto de la falta de atención de dos sin restricciones a la mirada de los espectadores” (Ber-
las madres. nárdez y Moreno 173). De este modo, se muestra la debi-
En Madres la enfermedad de los hijos y la necesidad de lidad de las mujeres y, al mismo tiempo, su capacidad para
reforzar los vínculos contribuye a la naturalización del cui- sacrificarse físicamente por sus hijos.
dado del hijo. Es precisamente esa naturalización la que, En la tradición cristiana, el primer sacrificio y la primera
como señalaba Rich en Of Woman Born, convierte al cui- imagen de la madre inclinada la obtenemos a través de las
dado en una responsabilidad exclusiva de la madre bioló- representaciones visuales de la Virgen María. Dichas repre-
gica. En la serie se confirma una y otra vez que las madres sentaciones responden, como apuntan Bernárdez y More-
son madres naturales y que solo ellas poseen las cualidades no, a dos estereotipos de maternidad. Por un lado, la Virgen
78 79
Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023