Page 575 - Revista5
P. 575

Annobón, una de las islas en Guinea Ecuatorial que poseía   ciente, basado en menor medida en la genética que en la so-

 España y que, en 1932, asesinó al gobernador de los territo-  lidaridad, la compasión y la identificación” (127). Hansen

 rios de Guinea Ecuatorial. Leante cuenta la experiencia de   nota, de manera reveladora, que este tipo de novela, cuando


 Castilla durante sus años en Annobón y también se inven-  se centra en la guerra civil y la posguerra, tiende a adoptar

 ta una continuación de esa experiencia al imaginar a Casti-  la perspectiva de las víctimas del franquismo pero cuando se

 lla posteriormente encarcelado en Madrid durante la pos-  centra en el tardofranquismo representa con más frecuencia

 guerra. En esta historia ficticia, se entrelazan las historias de   las perspectivas de los victimarios. Este último tipo de no-

 represión y violencia en uno de los rincones más remotos   vela se merece mucha más atención crítica, y el trabajo de


 del colonialismo español y en la capital misma de España.   Hansen es, sin duda, un modelo a seguir.

 Como muestra Arbaiza, la novela de Leante, “no solamen-  Sebastiaan Faber contribuye otro capítulo modélico que

 te retrata un pasado colonial necesario de recordar, sino que   analiza en detalle las características de siete documentales

 las correspondencias entre la violencia colonial y la represión   de Montse Armengou y Ricard Belis creados para la televi-


 del primer franquismo permiten reflexionar sobre los pro-  sión pública catalana, TV3, que han contribuido a su efi-

 cesos de mimesis coloniales y su impacto en las formacio-  caz condena del franquismo y al gran alcance social de esa

 nes ideológicas de la metrópolis” (242). Esta lectura, sigue   condena. Empezando con Els nens perduts del franquisme

 explicando Arbaiza, “visibiliza una dinámica entre colonia y   (2002) y terminando con Els internats de la por (2016), los


 metrópolis que los estudios coloniales vienen señalando en   documentales analizados por Faber exploran diferentes as-

 los últimos años: que la relación entre ambos espacios era   pectos de la represión del franquismo. Según Faber, estos

 mutuamente constitutiva y que la realidad metropolitana   documentales han “ayudado a fomentar el nacimiento de

 también se transformó por la experiencia y las prácticas de-  un nuevo sentido común en torno a la memoria y la historia


 sarrolladas en la colonia” (242). El análisis se presenta como   del siglo XX español”, un sentido común más crítico con el

 un modelo teórico sugerente para otras obras que traten de   franquismo que se va fortaleciendo en el debate social a pe-

 la historia colonial de España.  sar de los numerosos ejemplos que también registra Faber

 Otro capítulo que destaca por su visión panorámica es el   de decisiones judiciales y debates públicos que muestran


 de Hans Lauge Hansen, que estudia lo que llama la novela   que “quedan muchas taras pendientes y, sobre todo, esco-

 afiliativa sobre el franqusimo tardío.  Hansen utiliza el con-  llos por vencer” (172).

 cepto de Sebastiaan Faber de novela afiliativa, en la que la   Otros capítulos analizan, siempre con acierto y de ma-

 transmisión filiativa del trauma (por ejemplo, la que carac-  nera original, temas tales como la memoria de la vida co-


 teriza en gran medida el concepto de Marianne Hirsch de   tidiana durante el franquismo en la obra de Carmen Mar-

 postmemoria) se sustituye “por un acto de asociación cons-  tín Gaite (José Jurado Morales), el barrio como espacio de






 574                                                                                                          575
 Revist a  de  al ce s XXI                              Número  5 , 2021-2023
   570   571   572   573   574   575   576   577   578   579   580