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de maternidad cuando una no es la que pasa el material ge-  óvulos, de no encontrarse “en estado de vulnerabilidad so-

 nético a los niños, Villar nos presenta una perspectiva has-  cial, tal vez no accederían a participar” (Lima et al. 606). La

 ta ahora no conocida en las publicaciones de libros divulga-  carga femenina, entonces, es un arma de doble filo. La mu-


 tivos sobre su experiencia de maternidad. Esta maternidad   jer que goza de una posición más acomodada, como Villar,

 está basada en un sistema desigual de acceso tanto a las téc-  tiene que valerse de sus recursos para lograr un embarazo,

 nicas de reproducción asistida como a las tareas domésticas   pero para ello tiene que utilizar a otras mujeres que viven en

 subcontratadas a otra mujer, así como también en cuanto   situaciones precarias para sobrevivir a su maternidad: es de-

 a los óvulos de una mujer joven en situación de precarie-  cir, a la mujer donante y a la mujer que cuida a sus hijos. La


 dad. Su maternidad encarna, así, los problemas de desigual-  mujer joven, que no puede tener hijos por su posición eco-

 dad entre las mujeres que viven en España. Villar padece de   nómica, entra en el sistema de mercantilización del cuerpo

 “una perpetuación tanto de la centralidad de la economía   al vender (“donar”) sus óvulos a una mujer que puede sub-

 considerada productiva como de la marginación e invisibi-  vencionar su donación.


 lización de la reproductiva” (Campo y Ezquerra 43) porque   De este modo, la maternidad está en crisis, tanto debido

 así es la situación de cada mujer que es madre.   a la interpretación sobre qué es ser madre cuando se plan-

 El contexto laboral de España presenta un problema en   tean preguntas sobre genética versus crianza y educación,

 cuanto a la labor reproductiva. Con una tasa de desempleo   así como también porque la maternidad está “menospre-


 muy alta para los jóvenes, una de las causas del retraso en la   ciad[a] en una sociedad capitalista, mercantilizada e indi-

 edad de ser madre, España es un país en una situación po-  vidualista como la actual. Visibilizar y dar centralidad a la

 blacional insostenible.  Las mujeres que retrasan su ma-  maternidad, la crianza y los cuidados es lo que tanto moles-
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 ternidad por cuestiones laborales, sociales y políticas y lue-  ta. No es el hecho de ser madre en sí, sino una determina-

 go no pueden tener hijos de forma tradicional encuentran   da manera de entender cómo serlo” (Vivas 70). Si no hay

 una situación crítica porque hay que esperar entre 18 y 24   una manera sostenible de sobrevivir a la maternidad me-

 meses para una cita en el sistema público (Martín Arroyo).   diante la cual la madre y las criaturas reciban apoyo y mien-

 Las jóvenes que, “impulsadas por la necesidad económica,   tras no se dé una igualdad de acceso al sistema de reproduc-


 acceden a someterse a tratamientos hormonales y puncio-  ción y producción, seguiremos viendo nacer a menos niños

 nes ováricas” para ganar los mil euros que vienen de donar   y niñas porque el contexto socio-laboral no lo permite. La-

         fuente Funes declara que “es evidente que un sistema que

         no prioriza la sostenibilidad de la vida, sino la acumulación

 12  En el año 2015, la edad media de la mujer al nacer su primer hijo   de capital y el crecimiento económico, no es un sistema
 era 31,9 años, en comparación con la edad en la UE de 28,8 años (INE

 2016).  que facilite la reproducción de la vida” (192). Así, España





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 Revist a  de  al ce s XXI                              Número  5 , 2021-2023
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