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tu, Parabellum, La Polla Records (estos iban bastante a Ar-  Esto aleja a la gente de a pie de calle de poder disfrutar

 gentina) pero verlos aquí y gratis para mí fue fantasía cuan-  de unas fiestas populares con una programación alternativa,

 do llegué. Es verdad que Bilbao no era cómo se describía   que quizá no sea la más “rentable” pero que aporta mucho


 en las canciones, ya había comenzado ese cambio de ciudad   valor, riqueza cultural, diversidad y convivencia.

 industrial a ciudad cultural—normal, ya era el 2001 y los   Ojo que hay festivales montados por asociaciones de per-

 grupos que yo escuchaba en los 90, cantaban realidades del   sonas jóvenes que se dejan la piel por sacar adelante festivales

 Bilbao de los 80.  con programaciones más alternativas, grupos Punks, H.C,

 Por último, aunque el punk no esté viviendo su mejor   con letras de las que no hacen mucha gracia a los gobiernos


 momento, no dudo de que seguirá sobreviviendo, crecien-  de turno. Festivales financiados por los mismos colectivos

 do y enriqueciéndose de nuevas luchas, personas Queers,   y asociaciones, que se celebran en pueblos más pequeños o

 más sensibles con el medio ambiente y más lejos del “postu-  alejados de las “grandes capitales”. Por poner algún ejemplo

 reo estético” como único fin.  TrespaRock, Ehuneko Bat (este sí cuenta con apoyo insti-


         tucional en parte, pero mantiene el espíritu combativo) El

 ¿Cómo ha influenciado el fenómeno de los festivales en el   Pintor Rock y el Kalikenyo también son ejemplo de cómo

 alejamiento de la música popular del contexto diario de los   han ido creciendo con los años a base de esfuerzo y apoyo

 ciudadanos?  por parte de la gente que asiste y los grupos que participan.

             Por último, cabe señalar que muchos festivales más al-

 Los festivales se han convertido en citas donde reunirte con   ternativos funcionan como punto de encuentro entre gen-

 gente afín. Los grandes festivales venden la idea de “vivir la   te que escucha Punk, H.C, RapMetal, gente con inquietud

 experiencia” y los grupos de música en muchos casos pa-  y conciencia política, gente con ganas de cambiar las cosas

 san a ser algo secundario. Cada vez participan más marcas   que vive en diferentes rincones de la geografía “española”.


 que montan sus stands para a la vez ofrecer sus experiencias.

 Muchos festivales crecen como modelo de negocio y van

 ampliando territorio conforme consiguen afianzarse en uno

 y ver su viabilidad muchas veces dependiente de subvencio-


 nes públicas (además de las privadas).

 En este contexto es posible que se recorten presupuestos

 para músicas populares en los barrios ya que “invertir” di-

 nero público en algo que consideran atractivo y “rentable”


 para la ciudad suele resultar mas interesante a las adminis-

 traciones de turno.




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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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