Page 265 - Revista4
P. 265

lectivos anti-taurinos, plataformas de liberación animal…   Por otro lado, tal vez sea hora de dejar a un lado la forma

 acudíamos a manifestaciones y tocábamos para toda clase   en que vivimos, disfrutamos y nos jugamos la libertad por

 de causas. Cabe destacar aquí, que a finales de los 90, toda-  aquello que considerábamos justo, o por denunciar aque-


 vía funcionaban, sobre todo en Madrid, Catalunya y Eus-  llo que nos parecía injusto, según desde el prisma en que se

 kadi, los centros sociales (algunos okupados, otros no) que   mire… es posible que pueda observarse incluso desde el de

 organizaban todo tipo de actividades comprometidas so-  la ingenuidad. Pero en cualquier caso, dejemos las experien-

 ciopolíticamente… y que creo, nos recorrimos la inmen-  cias personales en el pasado y demos un paso hacia una opi-

 sa mayoría de ellos, a veces, reduciendo considerablemente   nión personal que está mucho más cerca del presente.


 el precio de nuestra contratación. Otras, directamente co-  Por decirlo simple y llanamente, me preguntaba un buen

 brando los gastos sin más…  Aunque con el tiempo, nos di-  amigo si pensaba que el movimiento del 15M tenía una

 mos cuenta de que no todo el mundo funcionaba con tan   banda sonora. Definitivamente pienso que una concreta

 buenas intenciones como aparentaba, o fuimos perdiendo   no. Es decir, claro que tiene banda sonora, pero creo que es


 parte de nuestra inocencia. Pero nos dimos cuenta de que,   una banda sonora tan heterogénea y variada como las per-

 había ocasiones (aunque fueran las menos o, al menos, eso   sonas que formaron parte del movimiento. De la misma

 es lo que quiero pensar) en que los fondos recaudados no   forma que me parecería un error atribuir todo el mérito de

 se destinaban exactamente para el fin con que se nos había   aquel pensamiento a un colectivo en particular. En esencia,


 propuesto actuar. A partir de ese momento, en determi-  se podría decir que este movimiento no fue otra cosa que el

 nados circuitos, pedíamos garantías y claro, ciertos secto-  eco de un sentir popular: una mezcla de indignación y abo-

 res comenzaron a llamarnos “vendidos”. Tampoco creo que   rrecimiento hacia unas instituciones corruptas al servicio de

 merezca la pena, ni sea este el momento ni el lugar para pro-  los poderes fácticos y el entusiasmo de comprobar que, en


 fundizar más en ello ni pretendo que nadie se dé por aludi-  determinadas circunstancias, es posible ver un atisbo de luz

 do. Sin más.  entre tanta mierda.

 Después de estas últimas palabras, creo que no hacen falta   Personalmente, fui, soy y seré simpatizante del movimien-

 muchas más justificaciones para poder afirmar que sí, “Di-  to del 15M y de los grupos políticos que surgieron del mis-


 sidencia” fuimos una banda que participaba activamente y   mo. Pero creo que partieron de un error de base… las acam-

 se involucraba en todo tipo de movimientos sociales, desde   padas en la Puerta del Sol de Madrid, caldo de cultivo de

 nuestros inicios, hasta nuestra disolución y, sin pretenderlo,   todo lo que llegó más tarde... aunque no fueran la causa, sí

 puede que acabe de dar una explicación a por qué pensa-  fueron coetáneas al final de la legislatura del Partido Socia-


 mos que aquel era, precisamente, el nombre más apropiado   lista (gobernado por Zapatero). Y, aunque la sociedad estaba

 para la banda.   indignada con el bipartidismo, algunos medios de comuni-






 264                                                                                                          265
 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
   260   261   262   263   264   265   266   267   268   269   270