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los xarnegos— se realiza bajo el doble espectro del franquis- Los últimos tres ensayos dilucidan la importancia del tu-
mo y el auge del nacionalismo catalán. Sin duda, el cine del rismo en celuloide a principios del siglo XXI. En “El lugar
desarrollismo es el plato fuerte que sirve Viajes de cine, uno como argumento: Función del espacio en The Way, La piel
que deja un regusto agridulce sobre una época en la que el quemada y Torremolinos 73”, Santiago Renardo estudia el
turismo perpetuaba la España de Franco como un Estado protagonismo de las ambientaciones en esta tríada fílmica y,
policial enfrentado a la modernidad a la vez que instaba a en efecto, sus escuetas exégesis resaltan la función espacial.
muchos españoles a tener conciencia de que ese Estado era Txetxu Aguado arroja mucha leña a la polémica hoguera
demasiado “diferente.” que arde alrededor y dentro de El Valle de los Caídos, po-
En “La visión inhóspita de España en el cine de terror na- niendo en tela de juicio el papel del lugar como atracción
cional: el caso de Una vela para el diablo (Eugenio Martín, turística o monumental necrópolis del franquismo. Profun-
1973)”, Rubén Higueras Flores dilucida esta cinta mezcla diza y sermonea sobre esta controversia, detallando hábil-
de thriller, fantaterror hispánico y gótico español, y su “visión mente cómo Álex de la Iglesia contrapone freakismo y fran-
amenazadora e intimitadoria” (205) de la España profunda. quismo a través de los personajes circenses de Balada triste
A diferencia de las otras películas de fantaterror producidas de trompeta. Finalmente, en “Esperanza y tristeza en Ecua-
durante el boom de este género en España durante los años dor: el turista como revelador en Qué tan lejos (Tania Her-
setenta y ochenta, Una vela para el diablo remeda la España mida, 2006)”, Emmanuel Vincenot examina esta road movie
“turísiticamente diferente” ofreciendo una mirada crítica de acerca de una catalana que viaja a este país latinoamericano
“un territorio que repele todo rasgo de modernidad” (208) y los tópicos, las oposiciones y las revelaciones con que se
y, como consecuencia, un país reducido a “un campo de cul- topa durante su estancia. Esta bonita relectura de Qué tan
tivo de prejuicios, neurosis y crímenes” (208). No sorpren- lejos demuestra que muchos de los mejores estudios de Via-
de que la cinta fuese víctima de los tijeretazos de la censura jes de cine son los que se enfocan en una sola película.
tardofranquista. Sin embargo, fue restaurada por la Filmo- Viajes de cine no es un libro cuyos ensayos retendrán al
teca Nacional, y su versión íntegra se estrenó en 2009. Esta lector a cada vuelta de página, pero que sí le dejarán mu-
película, que bebe de tantas fuentes, narra la historia de dos cho mejor informado sobre la centenaria relación simbió-
hermanas y dueñas de una pensión, Marta (Aurora Bautis- tica entre el cine y “la industria del forastero.” Tanto es así
ta) y Verónica (Esperanza Rey), que se dedican a “sancio- que esta fusión empresarial puede calificarse ya como una
nar mortalmente el pecaminoso y amoral comportamien- parte integral de la España eterna.
to de las turistas” (212). Este excelente análisis ejemplifica
otro logro de Viajes de cine: reivindicar el valor y la pericia
de toda una serie de realizadores que optaron por hacer cine Guy H. Wood
“popular.” Oregon State University
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017