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ca de la trayectoria vivida por el movimiento en Madrid: de “labor” (la atención y satisfacción de los procesos natu-
asambleas de barrios y pueblos que se van vaciando de par- rales y necesidades del cuerpo para mantenerse vivos, per-
ticipantes, iniciativa que se desarticula y adelgaza (y final- petuarse como especie) son apolíticos y no forman parte del
mente muere), desmovilización generalizada y cooptación lugar, separado de la vida, donde se da la “acción”, la autén-
de parte de la energía inicial en una organización de “par- tica política.
tido”: para muchos sigue siendo válida esa lectura, el surgi- En ninguna parte (más que en esa mención a la “comu-
miento y la fuerza de Podemos como una (consciente / in- nidad” de soslayo) en el manifiesto que comento arriba, se
consciente, no entraré más aquí) “canibalización” de lo que dejan ver las limitaciones que vivimos, todas sin excepción,
fue el 15M. para mantener una activa capacidad política y de organiza-
Si bien no cuestionaremos a las personas que, tras el “mo- ción. Lo que a menudo llamamos “condiciones materiales”
vimiento de ficha” de Pablo Iglesias, se sintieron impelidas y aquí vamos a llamar constantemente retaguardias.
y nuevamente ilusionadas al abrirse la posibilidad del asal- Que las asambleas de barrio, uno de los muchísimos
to a lo institucional, el texto producido por la asamblea del cuerpos de organización (endeble, precaria) que se han ge-
Barrio del Pilar, que canta el “fracaso” del 15M como or- nerado a partir del 15M estén quedándose sin participantes,
ganización, mantiene una singular sintonía con el tratado con un empuje regular y, a veces, como en mi propia asam-
acerca de La condición humana. blea, deriven en reunión de amigos que se informan de
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Arendt y algunos de nuestros más concienciados y persis- cosas, no tiene tanto que ver con la aparición de Podemos
tentes activistas están en cierta medida de acuerdo en que como oportunidad de asalto institucional, como con la fun-
la política es “acción” —y está, por tanto, separada de la damental limitación de la capacidad de participación. En
vida—. La asamblea demanda, en su análisis, la construc- consonancia, o en conflicto, con las vidas de cada uno y
ción de organizaciones integrales que puedan mantener- cada una. La imposiblidad —o dificultad, tan sólo, pero pa-
se en el tiempo y funcionar sólidas e independientemente tente— para construir una organización de base popular sos-
de la lucha electoral o la voluntad de poder. Resume cinco tenible en el tiempo está inscrita en el hecho de que se deja
puntos básicos necesarios para esas organizaciones: Globa- de lado la materialidad, las circunstancias atravesadas en las
lidad, Totalidad, Horizontalidad, Comunidad y Organiza- vidas de todas: ausencia de espaldas resguardadas, suelos fir-
ción “formativa” (como espacio de autoaprendizaje políti- mes y momentos vitales que permitan estar, actuar.
co). Leo y releo los párrafos de este bienintencionado texto Sin tener en mi poder estadísticas (porque creo que nadie
y no me queda más que admitir que comparte con el ensayo las ha hecho): uno de los problemas reiterados para conti-
de Arendt la división entre “esfera pública” y “esfera priva-
da”, que fundamenta todo el libro, publicado en 1958. En 3
Desde hace cuatro años, la asamblea en la que participo es 15M Pros-
La condición humana, la autora insiste en que los procesos peridad. De ellos he sacado miles de aprendizajes.
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017