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Jesse Barker: Sois dos escritoras muy bien consideradas pero nuevos, los de los 80, que consiguen tener lectores (sobre
no escribís obras de tipo best-seller. ¿Cómo vive una escri- todo los que acceden a una tribuna en El País) porque ha-
tora hoy en día? bía mucha gente ávida de cambio, de novedades y de con-
sumir cultura. Y quizá se generó la expectativa de que eso
Mercedes Cebrián: Hay una paradoja: salimos en los me- no podía sino aumentar. Luego llegaron los 90 con la cul-
dios, o sea nuestra foto sale, pero eso no se traduce en que tura del pelotazo, a la que no se opuso resistencia. Supon-
la gente nos lea ni nada, es un desequilibrio raro. Hay que go que esa falta de resistencia, la alegría con la que se abra-
darse cuenta de que es irreal la idea de que somos recono- zó el enriquecerse pronto y de cualquier modo, evidenciaba
cidas porque la gente está en tu vida, en tus cosas, y no te muchas cosas. En España no ha habido apenas Ilustración,
conoce, ni sabe quién eres, ni te ha leído. Y luego también ni una burguesía desvinculada de un catolicismo para zo-
cada vez hay menos interés en el mundo por la lectura. In- quetes. Creo que por eso no ha habido nunca un sedimen-
ternet genera otros hábitos de ocio. Me acuerdo de un escri- to poderoso para que la cultura, el arte o como lo quieras
tor que ha muerto ahora, que era escritor de libros de pulp llamar, florezca con facilidad. Como ya he dicho, hubo un
fiction de quiosco; se llamaba Juan Gallardo, pero escribía momento en el que se tuvo una ilusión de que existía ese se-
con el pseudónimo Curtis Garland. El señor decía, muy lis- dimento, que fueron los años anteriores a la caída de Fran-
to él: “yo, lo que escribía era el equivalente al DVD de aho- co y después del franquismo, pero hemos vuelto donde es-
ra, como el producto de entretenimiento que la gente com- tábamos antes, a un país donde los productos culturales a
praba en el quiosco cada semana. Eso se ha acabado porque los que llamamos arte no se tienen en gran estima. Y es muy
está el DVD y no puedo competir con eso”. He pensado en difícil vivir de los libros. Incluso si vendes mucho tampoco
esas palabras, y he decidido que yo tengo que escribir para puedes respirar tranquila, porque el porcentaje que se lle-
mí, mejorar como artista, pero sin pensar ya en el mercado, va un escritor es muy bajo. Pero bueno, sí que es cierto que
porque esto se está acabando, es un momento de cambio. existen toda una serie de actividades relacionadas con lo li-
terario con las que puedes sacarte un sueldo: dar talleres,
Elvira Navarro: También históricamente ese momento de hacer traducciones, etc.
cambio se une con la crisis. Son dos elementos que hacen
que los libros sean considerados como objetos de consu- MC: Yo aprendí a pensar mis libros como los artistas visua-
mo muy caros. Aunque en realidad en España nunca ha ha- les consideran los catálogos de sus exposiciones, que pre-
bido muchos lectores. Lectores literarios, quiero decir. Yo sentan a sitios y por medio de ellos les salen más exposi-
creo que la Transición produjo una suerte de ilusión. Pare- ciones, etc. Empecé a ver mis libros como un catálogo de
cía que íbamos a ser, además de un país más o menos mo- lo que hago, porque eso generó que me pidieran un relato
derno, también un país culto. Surgen una serie de escritores para una revista, que me invitaran a una charla, etc. Es muy
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013